Miranda de Ebro. Resta y sigue. No encuentra medicina ni antídoto el Deportivo Alavés para cortar la hemorragia que le está desangrando. Un mes malo está echando por tierra todo el gran trabajo desarrollado a lo largo de una temporada en la que los nubarrones han alcanzado ya al Glorioso para descargar sobre él una furibunda tormenta que ha propiciado la apertura de vías de agua por todos sus costados. Paga a precio de petróleo cada error el conjunto vitoriano y, como fallos graves tiene en cada partido, no fue menos en Anduva. Un despropósito colectivo de defensa y guardameta propició la victoria de un Mirandés que celebraba su suerte a la vez que el Alavés rumiaba un nuevo capítulo de la particular tragedia que lleva ya un mes protagonizando sin encontrar la salida a este siniestro círculo vicioso.
Se adueñó pronto del balón el conjunto vitoriano e intentó buscar, sobre todo, los balones a la espalda de la defensa en la zona de acción de un Óscar Martínez que se encargó de dirigir con sus acciones la ofensiva albiazul. El gallego, esta vez formando pareja en punta con Geni, fue el protagonista de las jugadas más destacadas, con varios controles excelsos que no se acabaron concretando en peligro real.
En la otra banda, Óscar Rico no tuvo tanta fortuna y las acciones más peligrosas acabaron llegando, como viene siendo costumbre, en unos saques de banda en los que Iván Malón y Morcillo volvieron a ejercer de catapultas, colgando balones al área en busca del fallo de la defensa. Apareció el error, en el minuto 28, cuando Borda le pegó una patada a Geni dentro del área. Por desgracia, no acompaña la suerte al Alavés este año con el tema de los penaltis y el de ayer también se fue al limbo.
En esos intentos de llegar sin alcanzar los últimos metros se perdió una primera parte en la que el Alavés tuvo el dominio y en la que el Mirandés se encargó de protagonizar un par de sustos, con Lambarri y Pablo como protagonistas, que hicieron temblar los cimientos de un cuadro vitoriano incapaz de meter un disparo entre los tres palos de un Wilfred que no pasó demasiados apuros.
error monumental En el arranque de la segunda parte vivió el guardameta rojillo su único momento de zozobra al verse superado por una media volea de Geni que salvó César Caneda bajo palos. Enseñaba los dientes el Alavés, pero pronto iba a desaparecer la escasa alegría que el cuadro albiazul había regalado a la numerosa parroquia desplazada hasta Anduva.
Siempre acaba sorprendiendo, para mal, este Glorioso con algún fallo que no se encontraba en el repertorio de los ya vistos a lo largo de la presente temporada. En un saque de banda favorable Morcillo abandonó su posición en el eje de la zaga. El balón enviado a Montero lo despejó a media altura y al centro del campo el guardameta. Ni un compañero le podía haber dado mejor el pase a Muneta, quien no tardó en ver el desmarque de Pablo, siempre Pablo, justo por el agujero que Morcillo había dejado en el eje de la zaga. No tuvo el zurdo del Mirandés, pesadilla alavesista, mayores problemas en batir con un disparo a media altura la salida de Montero para abrir el marcador en el minuto 48.
En ese momento se acabó el partido. Dejó de jugar el Mirandés, dedicado exclusivamente a buscar un contragolpe que completase la fiesta, y se mostró incapacitado para hacerlo un Alavés que naufragó en su propia espesura. Los cambios no aportaron ninguna chispa. Tampoco de la acumulación de delanteros surgió nada positivo. Un par de disparos lejanos de Salcedo fue todo lo que puso sobre la balanza el Alavés. Escaso peso para llevarse la victoria. Escaso fundamento para mantener el liderato. Escaso antídoto para cortar una hemorragia que sigue muy abierta y por la que el equipo se desangra sin apreciarse remedio.
Gol: 1-0, minuto 48: Pablo Infante. Mal despeje de Montero que recoge Muneta en el centro del campo y mete un balón en profundidad a Pablo, quien supera con un disparo a media altura la salida de Montero.
Tarjetas: Adrián Lixandru (colegio aragonés). Amonestó a Alaña (minuto 22), Iván Malón (minuto 78), Candelas (minuto 80) y Óscar Rico (minuto 84).