Vitoria. Los problemas crecen en el seno de un Deportivo Alavés que atraviesa por un momento de auténtica crisis. La situación económica en la que se encuentra la entidad del Paseo de Cervantes es mucho más que delicada. Tanto, que el presidente ha comunicado a lo largo de las últimas horas a los trabajadores del club que en las arcas alavesistas no hay dinero suficiente para afrontar el pago de las mensualidades del personal no deportivo correspondientes al mes de febrero. Este impago se une al que ya padecen distintos proveedores desde hace algunos meses.
Y, lo que es peor, las perspectivas de futuro no son para nada halagüeñas. Si no entra dinero en el club de manera inmediata, la mensualidad de febrero será a su vez la última que perciban unos jugadores que de momento se han librado de quedarse sin cobrar, aunque todavía no cuentan con el dinero efectivo en sus respectivas cuentas corrientes (se suele pagar en la segunda semana de cada mes). La interrupción del abono de los salarios del personal no deportivo es una nueva muestra de la crítica situación que atraviesa un Glorioso cada vez más necesitado de la inyección económica definitiva que solvente sus innumerables problemas, que no proceden ya solamente de las deudas con sus acreedores sino que también se extienden a pagos ordinarios que hasta ahora se habían afrontado con total normalidad.
Esta imposibilidad para hacer frente a los pagos ordinarios, en este caso los sueldos de los trabajadores del club destinados a parcelas que nada tienen que ver con el apartado deportivo, es una novedad a lo largo de la presente temporada. Desde que asumiera la presidencia, Ruiz de Gauna ha focalizado sus esfuerzos en hacer frente a las nóminas de todo el personal y a lo largo de los últimos meses los trabajadores han percibido sus respectivos salarios en los primeros días de cada mes. Se rompía de esta manera con la inestabilidad de años precedentes cuando los empleados no sabían a ciencia cierta en qué momento iban a ver reflejadas en sus cuentas corrientes la entrada del sueldo de cada mes.
Precisamente, el desembarco en el club del propietario del Grupo Bidasoa propició hace un año que todos los integrantes del club -tanto el personal no deportivo como los jugadores y técnicos- volviesen a cobrar después de varios meses de sequía, ya que también el expresidente Fernando Ortiz de Zárate se vio obligado a cerrar el suministro de los salarios al quedarse vacías las arcas del club. En ese momento, Ruiz de Gauna fue el encargado de restablecer una normalidad que ahora se ve rota de nuevo.
La comunicación de que no se va a proceder al abono de los salarios correspondientes al mes de febrero no pilla desprevenidos a los trabajadores del Alavés. Quien más quien menos, todo el mundo en el seno del club es consciente de que la situación por la que se está atravesando es crítica ante la tardanza en concretarse la capitalización.
En esa operación están también puestas las esperanzas de los propios trabajadores del Alavés, que tampoco cuentan con salarios estratosféricos, para que se restablezca la normalidad que han visto rota con la comunicación de que no van a percibir el salario del mes de febrero. Los empleados alavesistas esperan que la llegada de nuevos inversores finiquite también este problema con los pagos que esperan que se quede en una anécdota antes de volver a la normalidad.