DICE uno de los refranes más conocidos del acervo popular que no hay dos sin tres pero el Deportivo Alavés se ha empeñado en la presente temporada en demostrar todo lo contrario. Una de las claves del excelente rendimiento que está ofreciendo el conjunto de Miguel Ángel Álvarez Tomé desde que arrancó la competición es que ha sido capaz de limitar de manera más que considerable sus baches. Tal es así, que las rachas en las que el plantel albiazul no ha sido capaz de saldar sus compromisos ligueros nunca se han extendido más allá de las dos jornadas.

Hasta el momento, esta circunstancia se ha producido en cuatro ocasiones. La última, de hecho, podría decirse que todavía sigue en vigor puesto que ha tenido lugar en los dos últimos choques. Así, en la visita de la Gimnástica de Torrelavega a Mendizorroza y en el derbi de Lasesarre contra el Barakaldo El Glorioso no pudo pasar del empate protagonizando este pequeño valle de resultados negativos. El duelo de pasado mañana contra el Palencia adquiere por lo tanto una especial relevancia.

Si es capaz de mantener la línea que ha dibujado desde que arrancó el torneo de la regularidad, el conjunto vitoriano debería saldar este choque reencontrándose con el triunfo y abriendo una nueva serie positiva. Un resultado diferente supondría una importante sorpresa y echaría por tierra la confianza ganada como consecuencia de la regularidad exhibida en las mismas situaciones vividas con anterioridad.

La primera prueba del algodón para el Deportivo Alavés en la temporada actual llegó en la octava jornada de Liga y, curiosamente, también frente al adversario del próximo sábado. Después de haber saldado sus cinco primeros compromisos con un excelente casi pleno de trece puntos conquistados sobre los quince posibles, los de Tomé pincharon en los dos siguientes encuentros y, al igual que ha sucedido en la segunda vuelta, firmaron tablas contra Gimnástica de Torrelavega y Barakaldo.

El calendario deparó entonces una complicada visita a La Balastera que hacía concebir a los aficionados alavesistas demasiadas esperanzas de revertir la situación. Sin embargo, dando muestras del espíritu de lucha y la capacidad de reacción que se han convertido en sus principales señas de identidad, El Glorioso fue capaz de emprender el camino de regreso a casa con una valiosa victoria (1-2) en el maletero. El éxito, además, llegó acompañado de un plus de dificultades adicionales. Porque, para rematar la situación de tensión que vivía por aquel entonces el cuadro babazorro, el Palencia consiguió adelantarse en el marcador al filo de los 25 minutos de contienda gracias a un tanto de Aitor. Pese a ello, los de Tomé no desfallecieron en su búsqueda de la remontada y, tras un gol de Chupri en propia puerta al filo del descanso y otro de Asier Salcedo en el minuto 73, se hicieron con los tres puntos en liza.

paréntesis aislado El importante rearme anímico que supuso el reencuentro con la victoria no se tradujo, sin embargo, en una recuperación inmediata de la senda de los éxitos. Muy al contrario, dio paso a los peores momentos -en lo que a resultados hace referencia- del presente ejercicio. Y es que los dos siguientes compromisos, frente al Mirandés en Mendizorroza y contra el Sporting B en Gijón, se saldaron con sendas derrotas. Ese ha sido el único doble borrón seguido del presente ejercicio y la respuesta que recibió por parte del equipo también fue contundente.

La victoria sobre el Oviedo en el Paseo de Cervantes abrió una serie de cuatro consecutivas -Peña Sport, Athletic B y La Muela fueron las siguientes víctimas- que se mantiene hasta el momento como la mejor de la temporada. Después, la derrota en Eibar y el empate ante el Lemona también fueron inmediatamente contestados con un balsámico éxito (0-2) en Guijuelo. Ahora, dos nuevas igualadas han ralentizado la marcha albiazul y el duelo con el Palencia se antoja la ocasión ideal para continuar demostrando que sí hay dos sin tres.