El Lleida, que milita en Segunda B y está en situación de concurso de acreedores, podría desaparecer para volver a constituirse con otro nombre y jugar en una categoría inferior si finalmente fracasa su plan de viabilidad o no se llega a un acuerdo con los acreedores. Siete meses después de acogerse al concurso de acreedores, la difícil situación económica que atraviesa el club pone en riesgo su continuidad.
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