En la trampa

Vitoria. Había advertido Miguel Ángel Álvarez Tomé de la posibilidad de que la visita de la Cultural Leonesa a Mendizorroza se convirtiese en un "partido trampa" y no erró, desgraciadamente, en su pronóstico el preparador albiazul. Una semana marcada por el revuelo institucional que rodea al Deportivo Alavés, la inminente llegada de las vacaciones y una noche gélida fueron los ingredientes de un empate en el que el cuadro alavesista dejó un desagradable sabor de boca con el que va a tener que convivir a lo largo de los próximo días. Perpetró el conjunto vitoriano su peor partido en lo que va de temporada y lo pagó dejando escapar otros dos puntos en el primer duelo de la temporada en el que no hizo gala de una descomunal pegada que ayer le abandonó por su escasa insistencia a la hora de probar a un guardameta de la Cultural que fue espectador durante demasiado tiempo. Como ya le había ocurrido en ocasiones precedentes en compromisos en Mendizorroza ante rivales teóricamente inferiores, el cuadro albiazul bajó el contador de revoluciones hasta el mínimo y quiso generar juego a una velocidad demasiado baja como para sacar partido a sus virtudes. Sin la posibilidad de enlazar sus habituales jugadas eléctricas ante una Cultural bien cerrada y que minimizó al máximo los fallos, el equipo de Miguel Ángel Álvarez Tomé realizó su habitual apuesta por las bandas Casares por la derecha y Rico por la izquierda, pero los extremos no fueron capaces de generar desequilibrios en una muy bien ordenada zaga leonesa. Encorsetado por completo el partido, el Alavés mostró sus problemas para tener el balón en los pies y conducirlo hasta los dominios del metal rival con cierto peligro. La escasez de espacios y la completa ausencia de velocidad en la circulación del esférico propició una primera parte tediosa en la que la afición, tras su tardía entrada en el campo, ni siquiera pudo calentarse las manos aplaudiendo alguna acción de peligro de un equipo completamente romo. Más incertidumbre a la grada de Mendizorroza trasladó una Cultural que salió poco de su madriguera, pero que lo hizo con aviesas intenciones cuando pudo recuperar balones en zonas adelantadas del campo. una sola ocasión El paso por los vestuarios no le sirvió al Alavés para desperezarse y ver que necesitaba cambiar algo si quería sacar el único resultado positivo para sus intereses dentro de un partido cada vez más atrancado. Ni siquiera las entradas de Calderón e Indiano Álvarez Tomé dejó una línea de tres defensas con Cuesta, Morcillo y Casas aportaron esa chispa necesaria para encender la mecha de la pólvora alavesista, efectiva al máximo en todos los compromisos ligueros que se habían disputado hasta el día de ayer. Hasta el minuto 77 hubo que esperar para ver al cuadro albiazul conectar su primer remate entre los tres palos, algo insólito hasta la fecha. Un perfecto cabezazo de Jito tras centro desde la izquierda de Casas fue salvado con muchos apuros por un Calzado que recibía el primer aviso de peligro. Por desgracia, ese cabezazo de Jito fue un espejismo dentro del desierto futbolístico en el que se convirtió un partido en el que el Alavés mostró su peor cara. Como si el frío que se apoderó de Mendizorroza y de sus gradas también hubiera hecho presa de él, el equipo ni siquiera fue capaz de dar su habitual arreón en los minutos finales para intentar llevarse tres puntos de oro a base de casta ante la alarmante falta de ideas. Se marcha el equipo de vacaciones con el sinsabor de haber dejado escapar una nueva oportunidad de oro tras haberse dejado sorprender por la trampa de la Cultural. Lo deportivo queda aparcado durante dos semanas, pero la intensidad se incrementará de forma potencial en el día a día de un club que se juega ahora su supervivencia.