El Deportivo Alavés volvió a demostrar en Guijuelo que se convierte en un equipo temible cuando se sube al autobús y se pone a recorrer kilómetros. El equipo de Miguel Ángel Álvarez Tomé es un rara avis digno de estudio en el mundo del deporte porque se siente mucho más cómodo cuando actúa como visitante que cuando le toca ejercer de local. Los números son tan claros como boyantes porque el cuadro albiazul ha conseguido ya diecinueve puntos cuando le ha tocado hacer las maletas, una cifra inalcanzable para el resto de componentes del Grupo II de Segunda División B para quienes aparecen los sudores fríos cuando conocen la llegada de este visitante feroz.
Los números del Glorioso en los nueve partidos que hasta la fecha ha disputado lejos de Vitoria son demoledores. Seis victorias (Osasuna B, Real Unión, Palencia, Peña Sport, La Muela y la conquistada ayer en Guijuelo), un empate (Gimnástica) y dos derrotas (Sporting B y Eibar). En total, diecinueve puntos de veintisiete posibles, una cifra nada desdeñable y que es la que le ha permitido al cuadro vitoriano encaramarse al coliderato del Grupo II que en estos momentos comparte con el Eibar.
Esos diecinueve puntos conquistados a domicilio sirven para enmascarar los problemas que está teniendo el equipo de Álvarez Tomé para conseguir mejores resultados en Mendizorroza. Cierto es que en casa el cuadro vitoriano es difícil de superar -solo ha perdido un partido, contra el Mirandés-, pero los rivales se adaptan mucho mejor a los partidos cuando es el Alavés el encargado de llevar la manija del juego y se encuentra con menos espacios de los que tiene a domicilio. Y es que, ejerciendo de anfitrión, el conjunto vitoriano ha conseguido quince de sus 34 puntos, aunque, eso sí, con solo ocho partidos disputados en el estadio del Paseo de Cervantes. Estas cifras, conseguidas a través de cuatro victorias, tres empates y una derrota, sitúan al cuadro vitoriano como el séptimo equipo del grupo si se tienen únicamente en cuenta los partidos jugados en casa.
espectacular pegada La masiva llegada de puntos en los compromisos a domicilio se ha conseguido en gran parte gracias a la efectividad goleadora del Alavés cuando le ha tocado viajar. Si realmente buena es la cifra de treinta dianas (1,76 por partido) que refleja el casillero albiazul, la media se ve incrementada sensiblemente si únicamente se tienen en cuenta los partidos disputados lejos de Vitoria.
Los pupilos de Álvarez Tomé han conseguido ya diecisiete goles lejos de Vitoria (Jito, Calderón y Geni, tres; Morcillo, dos; y Jules Pardo, Josete, Casares, Cuesta y Salcedo, con uno por cabeza, además de uno en propia puerta en Palencia) en los nueve partidos disputados a domicilio, con lo que la media se dispara hasta los 1,89 goles por comparecencia cuando toca actuar lejos de Mendizorroza.
Pero no solo la mejoría ofensiva es patente. También en defensa se pasan muchos menos apuros a domicilio en comparación a lo que ocurre en Mendizorroza, donde Alberto Montero suele tener mucho más trabajo y también recibe más goles. En cambio, como visitante el meta albiazul ha encajado nueve goles, una media de uno por partido.