Vitoria. Jon Moya seguía sin explicarse ayer qué infracción podía haber visto el colegiado Arias López para anular el gol que consiguió en el minuto 88 del partido contra el Lemona. A pesar de no haber visto repetido el vídeo del partido, los compañeros le ratificaron que no existía la supuesta falta sobre el portero cementero que señaló el árbitro y que, más bien al contrario, fue Alcalde quien impactó sobre el propio Moya en la acción de su remate en un claro penalti. Incluso la versión del portero del Lemona, con el que charló a la conclusión del partido, viene a ratificar el grave fallo del colegiado.

"Todavía no lo he visto por televisión, pero los compañeros que sí lo han visto me dicen que era penalti y hablando con el portero del Lemona me dijo que se había quedado alucinado con que hubiera pitado eso. Me dijo que había salido a por uvas y que no llegaba, se la tragó y que menos mal que pitaba penalti", explicó ayer Moya reconociendo su frustración porque ni siquiera vio el colegiado esa pena máxima.

Penaltis aparte, lo que tiene claro el central albiazul es que él no cometió ninguna infracción punible: "La verdad es que estoy frustrado. Como dicen algunos, salto a lo botella, con los brazos para abajo. No muevo los brazos ni nada. Encima el árbitro me estuvo amenazando todo el partido y que encima me saque tarjeta por eso... me quedé alucinado".

Eso sí, dentro del vestuario alavesista se ha optado por no centrar la atención en los arbitrajes, aunque Moya quiso hacerse eco de las declaraciones de Miguel Ángel Álvarez Tomé a la conclusión del partido del sábado. "No hay que darle más vueltas, pero, como dice el entrenador, si este árbitro nos toca en Eibar habría pasado todo lo contrario. Solo espero que de aquí al final de la temporada haya alguno que nos pite a favor", concluyó el central albiazul, que seguía sin encontrar su culpa.