Vitoria. No había sido demasiado expresivo hasta ahora Miguel Ángel Álvarez Tomé cuando se le preguntaba por la complicada situación institucional que está viviendo el Deportivo Alavés, pero el técnico albiazul quiso hacer ayer un llamamiento a la esperanza expresando su convencimiento de la supervivencia del club. "Quiero ser optimista porque creo que la sociedad alavesa no va a dejar de la mano al Alavés. Empresarios, instituciones o no sé quién se van a ver involucrados. Es algo que me comento a mí mismo porque es lo que quiero que pase y creo que, como yo, piensan todos los que estamos en el club", señaló el técnico leonés.
A pesar de que no se reconoce como "el más adecuado para hablar", Álvarez Tomé tiene claras sus ideas: "Tengo tanta preocupación por el tema deportivo que me fijo muy poco en lo institucional, pero soy optimista porque no veo al Alavés abandonado por todos".
Para ayudar en lo posible en dicha supervivencia, un tema que reconoce el técnico haber tratado dentro del vestuario es la necesidad de que el equipo ayude al club manteniendo la racha de buenos resultados. "El club tendrá muchas más opciones de salir adelante si el equipo responde en el campo. Si en lo deportivo las cosas van bien, y están yendo bien no sólo en el primer equipo sino también en el fútbol base, es más fácil que vengan apoyos o que haya un cambio en comportamientos y decisiones que se tienen que tomar", señaló.
Por ello, el preparador albiazul ha transmitido a sus jugadores "tranquilidad" y quiso alabar el comportamiento del vestuario en unos momentos que reconoció complicados. "Los jugadores están haciendo muy bien su trabajo y tengo que felicitarles y defenderles públicamente porque están siendo unos profesionales extraordinarios, pero cuando tienes una familia y quieres progresar en el mundo del fútbol te preocupa lo que se dice. Yo intento transmitir tranquilidad porque a mí me transmiten tranquilidad el director deportivo y el presidente. Creo que debemos centrarnos en el aspecto deportivo y que nos influya lo menos posible el resto", indicó.
Centrándose en el apartado deportivo, el preparador albiazul no relajó el tono de su discurso para señalar el peligro del Lemona: "Es una final. Lo que he intentado transmitir a la plantilla es que es el partido más importante de la temporada porque es un rival muy complicado, ahora mismo el que más por sus números. Lleva cinco victorias en seis partidos y las tres últimas salidas -Oviedo, Miranda y Bilbao-, campos muy difíciles, saldadas con victoria. Ahora mismo es el peor rival que podíamos tener en casa. Es una final porque de ganar seguiríamos siendo primeros o segundos y de no hacerlo podríamos salir del play off".