y ahora qué? Ésta es la pregunta que ronda en la cabeza de los aficionados del Deportivo Alavés después de que se ratificara que Josean Querejeta desiste definitivamente de hacerse con las riendas del club albiazul. El plan de las instituciones alavesas pasaba por un cambio en el accionariado, y en el horizonte de los políticos entraba la idea de colocar al máximo mandatario baskonista como el salvador del equipo de fútbol más representativo de la provincia. Pues al contrario de lo que decía Anibal Smith en el Equipo A, "los planos no han salido bien". Habrá que esperar a que surja un plan alternativo que solucione el embrollo económico en el que está envuelto el club, porque los acreedores empiezan a llamar a la puerta y los plazos se agotan.
Ahora la pelota, más que nunca, está en el tejado de la Diputación Foral de Álava y del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Nadie quiere dejar morir a un equipo con noventa años de historia y menos a las puertas de las elecciones del año que viene. Sería un estigma insalvable para los políticos de nuestro territorio. Nadie reclama dar duros por pesetas pero sí firmar los convenios establecidos a principios de año, y culminar la venta de los terrenos de Izarra. Sería una bocanada de aire importante hasta el inicio de la nueva ampliación de capital.
La otra parte es más complicada, debe venir dinero fresco de fuera, un nuevo socio para Alfredo Ruiz de Gauna o un grupo inversor que quiera hacerse con el control del club. Hasta el momento la vía más clara era la opción que representaba Querejeta. Sin ella, se ciernen nubarrones en el futuro del club.
La Seguridad Social va a subastar los terrenos de Ibaia en enero. Si esta situación llega, aparte de la pérdida de uno de los activos del club, el equipo tendría que verse obligado a entrenar en Mendizorroza. ¿Y la cantera? A mendigar en Betoño u otras instalaciones municipales. Y mientras todo esto sucede, el presidente de la entidad, Alfredo Ruiz de Gauna, afirma que habrá refuerzos de invierno, desacreditando a su director deportivo que hablaba públicamente de no reforzar la plantilla. Un sinsentido a todas luces. Si no hay liquidez en el club, ¿cómo se puede reforzar el equipo? Poniendo un símil doméstico, si una familia no puede pagar la hipoteca de la casa y casi no tiene ni para comer, ¿acaso irá a comprarse muebles nuevos? Otro episodio surrealista en la historia reciente del equipo albiazul.