Vitoria. Una de las opciones que mayor fuerza habían cobrado en las últimas semanas para rescatar al Deportivo Alavés de su angustiosa situación económica se ha complicado en los últimos días. El grupo inversor encabezado por Josean Querejeta, que estudiaba tomar el relevo a la familia Ruiz de Gauna, ha cancelado la operación tras conocer de primera mano el enorme agujero que presentan las arcas de la entidad albiazul. Según puede confirmar DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el propio presidente del Baskonia se ha puesto en contacto con sus colaboradores para notificarles la decisión de rechazar un desembarco en el Alavés para el que contaba con el beneplácito de la Diputación.

La renuncia viene motivada por el importante desfase entre las cifras que se manejaban y la deuda real que arrastra el club. La auditoría encargada desde las oficinas del Paseo de Cervantes a instancias de la Diputación ha destapado un agujero generado tras la firma del convenio de acreedores que exigiría una inversión próxima a los seis millones para que cuadraran las cuentas. Estos números han retraído al grupo encabezado por el mandatario del Baskonia. Así se lo ha hecho saber el propio Querejeta a su equipo, y a algunas de las personas con las que había contactado para que tomaran parte en su proyecto para la entidad albiazul, desde el pasado jueves, fecha en la que se fraguó la decisión de abortar la inversión.

La auditoría refleja el incremento de la deuda que se ha producido en las dos últimas temporadas -con Fernando Ortiz de Zárate y Alfredo Ruiz de Gauna estos últimos meses-. A pesar de que el Gobierno foral se ha negado tras el relevo en la cúpula alavesista a dar pasos para rescatar al club si no se iniciaba una nueva ampliación de capital que inyecte otros 2,5 millones a las arcas de la entidad albiazul, da la impresión de que el proceso que está poniendo en marcha la familia Ruiz de Gauna podría quedarse corto de nuevo.

reunión con empresarios La decisión del máximo dirigente del Baskonia sólo podría variar si fructifica alguna de las dos vías de diálogo que ha abierto con sendos empresarios alaveses. Aunque la intención de Querejeta pasaba en un principio por liderar la inversión que propiciase el relevo en la cúpula alavesista, la constatación de la pésima situación financiera del club y la mediación del Gobierno foral han motivado que buscara una última vía para salvar un proyecto de inversión que, hoy por hoy, parece poco probable.

Así las cosas, el Alavés vuelve a verse atrapado en una situación similar a la que se produjo a finales del pasado año. Asediado por la obligación de cumplir con el pago de las deudas a los acreedores y sin la ayuda de las instituciones, el club vitoriano requiere la aparición de un inversor. Alfredo Ruiz de Gauna y Guillermo Asarta, a los que los desencuentros con la Diputación han dejado a los pies de los caballos, han mostrado su disposición a echarse a un lado, vender sus acciones y facilitar la transición. Pero si finalmente se cae la opción de Querejeta, falta saber si surgirá un nuevo inversor con el líquido que precisa el club y la bendición del Ejecutivo alavés.