Vitoria. Sin tiempo siquiera para disfrutar la alegría de un buen arranque liguero que toca refrendar en cada compromiso. Se le acumulan al Alavés los retos en una semana cargada de esfuerzos, con tres compromisos encadenados de manera consecutiva que sirven para realizar la primera fotografía de situación de un Grupo II en el que, con apenas quince puntos disputados, comienzan a abrirse las primeras diferencias. El líder pretende seguir en su puesto de privilegio, pero no tendrá fácil conseguirlo porque afronta la visita a un segundo clasificado por el que nadie apostaba.
De examen en examen cabalga el cuadro vitoriano y el de esta tarde contra la Gimnástica de Torrelavega no va a ser de menor entidad de los vividos contra dos equipos de campanillas como Real Unión y Logroñés. No tiene el cuadro cántabro el renombre de estos dos, pero sus resultados en lo que va de curso son mucho mejores. Doce puntos, una racha de cuatro victorias consecutivas y un solo gol en contra son avisos más que suficientes para que el Alavés no se duerma.
Además de un rival de enjundia, el cuadro albiazul tendrá que saber adaptarse al condicionante de afrontar un compromiso en un terreno de juego que dista mucho de las características de El Malecón, estadio de la Gimnástica que se encuentra en plena fase de remodelación. Así, el duelo se traslada al campo de Santa Ana de Tanos.
"Es pequeño y el piso es irregular, la hierba no es igual que en los campos normales, aunque el campo está bien y no puede servir como excusa: el equipo tiene que competir en cualquier circunstancia. Las dimensiones están dentro de lo que permite la Federación y no debe ser obstáculo. Cuando juguemos en hierba artificial tampoco debe ser obstáculo y si un día tuviésemos que jugar en un campo de pinchos, tampoco. No debemos dar la opción a nuestros jugadores de buscar excusas en el campo, en el balón, en que hay barro... Debemos competir en todas las circunstancias", advierte Tomé.