vitoria. El pasado viernes fue el Registro Mercantil el que se pronunció para anular definitivamente el proceso de ampliación de capital desarrollado meses atrás por el Deportivo Alavés y ayer fue la Diputación -voz más que autorizada en su condición de principal acreedor y pieza clave en la posible viabilidad del club- quien, teniendo en cuenta este significativo cambio de escenario, lanzó una tremenda andanada a los actuales responsables de la entidad del Paseo de Cervantes. Fue el teniente de diputado general y portavoz del Ejecutivo, Claudio Rodríguez, el encargado de trasladar un mensaje duro como pocas veces y que aventura un panorama incierto a medio plazo.
De esta manera, el político jeltzale comenzó realizando un diagnóstico del estado del Glorioso que prácticamente nadie querría para sí. Advirtiendo inicialmente que en el Palacio de la Provincia no se ha recibido "comunicación" oficial alguna por parte del Alavés tras la resolución del Registro y que su opinión estaba sustentada "en la información que hemos leído en la prensa", lanzó el primer misil a la línea de flotación del club calificando su situación como "muy crítica e insostenible".
Por si hubiera alguna duda de los destinatarios de estos dardos, Rodríguez acusó a los actuales responsables de la entidad albiazul de "falta de transparencia" y "torpeza" en la gestión. "Hace cuatro meses dijimos que había tiempo pero han dejado pasar ese tiempo desperdiciándolo, no se ha hecho nada y ahora el Alavés se encuentra a la deriva, con una crisis económica y financiera sin un plan que garantice su viabilidad dados los pagos que tiene que afrontar en el próximo mes de noviembre. Además, con otra crisis institucional interna porque ahora mismo el presidente no cuenta con el respaldo del 51% del accionariado", argumentó el teniente de diputado general.
Tras este descarnado diagnóstico que le llevó a asegurar que cuenta con "elementos como para poder decir que nos sentimos engañados", el portavoz de la Diputación quiso mirar al futuro y marcó con claridad la hoja de ruta que el Ejecutivo foral desearía que se cumpliera. En este sentido, envió un mensaje muy concreto a los aficionados albiazules y, muy especialmente, a los pequeños accionistas del mismo. Y es que, a su juicio, deben ser ellos los que "se movilicen" y "tomen el mando" para tratar de reconducir "la deriva" en la que se encuentra la institución.
Para ello, el Gabinete de Xabier Agirre considera que deberían "pedir cuentas" solicitando una auditoría de cuentas y una junta extraordinaria en la que se aprobase una nueva ampliación de capital "abierta" que llegase hasta los 3,2 millones de euros. Porque esa cifra continúa siendo la premisa básica para que el club pueda contar con un futuro viable. "Por lo que parece la actual directiva no tiene capacidad para afrontar la capitalización de 3,2 millones, por lo que la ampliación que se lleve a cabo debe ser abierta para que participe todo el que lo desee", significó Rodríguez.
Cuestionado sobre la firma de la compra de Izarra por parte de la Diputación -pendiente del acuerdo sobre el plan de viabilidad y que reduciría la deuda albiazul a la mitad y el primer pago a efectuar en noviembre de 2,1 a poco más de un millón de euros-, el portavoz foral evitó pronunciarse abiertamente pero sí insistió en que en el Palacio de la Provincia se han sentido "engañados" y "cualquier decisión" que adopten la tomarán "desde la cautela".
Sin respuesta La directiva que encabeza Alfredo Ruiz de Gauna, por su parte, prefirió mantenerse en silencio en la jornada de ayer y "continuar trabajando" en la búsqueda de "una solución rápida y satisfactoria" para el club y todos sus accionistas. Algo que espera poder exponer públicamente en un plazo no demasiado largo.