Vitoria. La de ayer fue una jornada de trabajo un tanto peculiar en el habitual día a día del Deportivo Alavés. Una petición de los capitanes al entrenador a la conclusión del partido contra Osasuna B dejó como resultado que el entrenamiento matinal de ayer fuera voluntario y gran parte de los jugadores aprovecharon esas horas de ocio para estar con sus familias mientras que en las instalaciones de Ibaia apenas catorce futbolistas se ejercitaron en una sesión descafeinada.
Reguero, Mesquita, Cuesta, Casas, Guereñu, Jules Pardo, Indiano, Ibon Gutiérrez y Casares, a los que se unieron los jugadores del filial Montoya y Josetxo y el juvenil Elie, fueron los únicos que saltaron al césped para realizar una intensa sesión a las órdenes del entrenador de porteros, Tito Subero, y del encargado de la recuperación física, Igor Arteaga, quienes relevaron en sus funciones al técnico Miguel Ángel Álvarez Tomé (en León al encontrarse ingresado su padre) y al preparador físico Rafa Cristóbal, quien lleva un par de días convaleciente.
También estuvieron en Ibaia Joaquín Calderón y Óscar Rico, aunque estos ni siquiera pisaron el césped y aprovecharon la mañana para llevar a cabo la habitual sesión de regeneración posterior a los partidos. El primero de ellos, además, se sometió a varias pruebas médicas para descartar cualquier dolencia de gravedad en los isquiotibiales del muslo izquierdo después de haber tenido que ser cambiado en el transcurso del compromiso en tierras navarras. Una sobrecarga que le obligará a parar durante dos o tres días antes de volver a trabajar con normalidad.
La nota negativa la protagonizó Tiago Mesquita, quien sufrió un fuerte golpe en su tobillo derecho que le impedía correr y golpear el balón con normalidad.