Pamplona. Si la temporada del Deportivo Alavés sigue por los mismos derroteros que ha mostrado en sus dos primeras comparecencias ligueras, los cardiólogos tienen trabajo asegurado en las inmediaciones de Mendizorroza. En el himno del Glorioso, si llega el momento de renovarlo, no estaría de más hacer una referencia al sufrimiento que en los últimos tiempos acompaña perennemente al cuadro albiazul. El Reyno de Navarra acogió ayer una nueva muestra de lo que puede dar de sí un equipo que mete miedo cuando se vuelca en el ataque, pero al que le falta acierto en los metros finales para cerrar con más comodidad sus partidos. Si unimos esto a una defensa en la que la falta de coordinación es evidente, el cóctel resulta explosivo para cualquier corazón que bombee sangre albiazul. Sufrimiento hasta el final, pero bendito sufrimiento cuando viene acompañado por tres nuevos puntos que sirven para sumar seis de seis y que cimientan un nuevo proyecto que nace ganador.

Tiene este Alavés de Álvarez Tomé las ideas bastante claras cuando tiene el balón en los pies y lo consigue sacar de su zona defensiva con cierto criterio. Si lo logra, algo que no siempre ocurre y que siempre acaba con serios sustos para Montero, el objetivo prioritario es buscar unas bandas que son como auténticos puñales. Óscar Rico y Calderón se convirtieron en una auténtica pesadilla para la defensa rojilla en el primer tramo del partido, con la referencia en punta de Geni y las llegadas en segunda oleada de Salcedo. Con estas armas, el cuadro albiazul sembró el terror a una zaga de Osasuna que se veía desbordada constantemente por unas llegadas a las que sólo les faltaba el remate definitivo que hiciese justicia a los méritos contraídos.

Llegó el premio tras una recuperación de Josete en el centro del campo que cogió a contrapié a la zaga navarra y la internada de Salcedo por la izquierda culminó con un centro al área mal despejado que llegó a las botas de Calderón en la banda contraria. El extremo diestro, excelso por dicho flanco, sacó un remate seco y cruzado a la base del palo que desató la alegría de la marea albiazul desplazada a la capital del viejo reino.

Era el minuto 31 y en los instantes posteriores tuvo el conjunto vitoriano la opción de rubricar la victoria con un segundo tanto -incluso se le anuló uno a Rico-, pero en ese instante llegó la reacción rojilla y un paso atrás del cuadro visitante que, una vez más, volvió a dejar patentes sus problemas defensivos.

Un balón mal despejado, un gran regate de Anunziatta que dejó sentados a Malón y Alaña y un claro penalti de este último que el propio Anunziatta se encargó de transformar (minuto 38) para llegar al descanso en tablas porque Rico se topó con el poste en una nueva gran acción por la banda izquierda.

decisivo esparza Tras un pequeño susto inicial, subió líneas el Alavés en busca de mayor recompensa a su esfuerzo y no tardó en encontrarla gracias, una vez más, a un gran servicio de Rico desde la banda izquierda. Apareció Esparza, casi invisible hasta ese momento, en el centro del área para conectar un preciso testarazo cruzado ante el que nada pudo hacer Zabal en el minuto 57.

A partir de ese momento, el Alavés -con Tomé en la grada tras haber sido expulsado en el descanso- tiró de refranero popular y quiso nadar y guardar la ropa. Contención en el centro del campo y rápidas salidas para buscar el gol decisivo que cerrase definitivamente el partido y la cosecha de tres nuevos puntos. Tuvo el conjunto vitoriano sus buenas ocasiones para hacer bueno el dicho, pero sus errores defensivos, clamorosos varios de ellos, le volvieron a condenar al sufrimiento del que perdona la vida cuando tiene la posibilidad de ejecutar sin compasión. Sufriendo, pero ganando. Tres nuevos puntos para cimentar el edificio del ascenso, una construcción para la que se precisa una ingente dosis de trabajo que este equipo parece dispuesto a ofrecer.

Goles: 0-1, minuto 31: Calderón. Rápido contraataque albiazul con centro de Salcedo que despeja mal la zaga navarra para que el balón le llegue en el segundo palo a Calderón, quien empalma un gran remate a la base del palo largo que supera a Zabal. 1-1, minuto 38: Anunziatta. Error colectivo de la zaga albiazul que aprovecha Anunziatta para adentrarse en el área y Alaña le hace un claro penalti que el propio Anunziatta se encarga de transformar. 1-2, minuto 57: Esparza. Gran centro desde la izquierda de Rico que Esparza manda a la red con un gran cabezazo.

Tarjetas: Ruiz Bada (colegio cántabro) Amonestó a Moya (minuto 36), Marcos Pérez (minuto 40), Geni (minuto 70). Expulsó al técnico del Alavés, Álvarez Tomé, en el minuto 45.