lA familia albiazul sigue creciendo y lo hace recuperando a alguno de los antiguos abonados a los que el hastío y el despropósito expulsó del estadio del Paseo de Cervantes durante la etapa en la que Dmitry Piterman regía los destinos del club. Reconducida la situación, primero a través de Fernando Ortiz de Zárate y actualmente por Alfredo Ruiz de Gauna, Lorenzo Ruiz de Aretxabaleta Dorao, nieto del fundador y primer presidente del Deportivo Alavés, Hilario Dorao, ha decidido depositar de nuevo su confianza en un club que para él es mucho más que un sentimiento.
"He sido socio siempre desde pequeño y me borré en la era de Piterman. El año pasado vine a casi todos los partidos, pero sin ser socio, y esta temporada me he animado otra vez porque las cosas van ahora mejor y hay que ayudar al equipo a subir a Segunda División", señaló Lorenzo ayer, cuando pasó por las oficinas del club en el Paseo de Cervantes para recoger su carnet de abonado y el de su mujer, convencidos ambos por el cambio vivido en el club durante los últimos meses gracias a la carta en la que el actual presidente, Alfredo Ruiz de Gauna, solicitó su compromiso a aquellos socios que abandonaron la nave albiazul durante el trienio de Piterman.
"Se necesita suerte, pero este club tiene futuro", asegura el nieto de Hilario Dorao, quien puso en marcha un club, del que también fue el primer presidente, que se acerca a su noventa aniversario.
En este sentido, muy distinto era el abuelo de Lorenzo Ruiz de Aretxabaleta Dorao en comparación al presidente que más daño ha hecho al alavesismo y que fue el principal causante de los males que cercenan el futuro de la entidad.
"Mi abuelo era un hombre trabajador, conocido y respetado en la ciudad y si hubiera visto a Piterman desnudo en Mendizorroza se habría vuelto a morir del susto, directamente", bromea, no sin tristeza, un Lorenzo que ha recuperado la ilusión albiazul perdida.