Vitoria. Estrenada la temporada oficial con un varapalo que ha dolido profundamente en el seno del Deportivo Alavés, al conjunto vitoriano no le queda otra que archivar en el olvido su fracaso copero para centrarse en la competición de la regularidad que esta noche arranca. Una carrera de fondo en la que tanto valen los puntos de agosto y septiembre como los de abril y mayo, así que siendo el objetivo acumular el mayor número posible en busca de la mejor posición dentro del grupo, lo mejor es comenzar a sumar de tres en tres desde el principio.
Se presenta El Glorioso en este estreno liguero con muchas dudas. Demasiadas quizás. Tras una pretemporada irregular y de muchas probaturas, el duelo copero contra el Logroñés no sirvió para disipar esa desazón que viene acompañando a un equipo que ha demostrado que va a necesitar tiempo para ensamblar todas sus piezas.
Lo peor de dicho compromiso fue la sensación de que el patrón de juego trabajado a lo largo de toda la preparación todavía no está completamente asimilado y las sensaciones que regaló el equipo al escaso público congregado en Mendizorroza no fueron para nada positivas, naufragando ante un Logroñés que con seriedad y orden maniató por completo a un Alavés que se mostró escaso de recursos.
Con el estreno liguero contra el Caudal Deportivo, el conjunto vitoriano tiene ante sí la oportunidad de solazarse tras ese primer revolcón. A pesar de que el conjunto de Mieres es un recién ascendido desde Tercera División, la experiencia aconseja prudencia. Los paseos triunfales son rara avis dentro de esta competición y el cuadro asturiano ya mandó un serio aviso a navegantes en la Copa del Rey eliminando al Palencia, al que, además, endosó cuatro goles.
Como bien sabe el conjunto vitoriano, de poco sirve el nombre cuando el árbitro señala el inicio del partido, así que esfuerzo, sacrificio y entrega deben ser características fundamentales de un equipo que no puede apelar ya al desconocimiento de la categoría para saber lo que va a encontrarse delante.
Una de las dudas que parece haber quedado despejada a lo largo de las últimas semanas de trabajo es la apuesta por un sistema de juego 4-4-2. No era la idea inicial que manejaba Miguel Ángel Álvarez Tomé, pero el trabajo con dicho sistema y las pruebas realizadas con el mismo son las que más le han convencido. Lo utilizó, aunque sin demasiada fortuna, en la Copa y parece decidido a seguir utilizándolo en el estreno liguero.
Con esta idea meridianamente clara, el principal inconveniente en estos momentos radica en la ausencia, por lo menos hasta la próxima jornada, de un Igor Cuesta al que se echa mucho de menos en el eje de la zaga. El vizcaíno ya demostró la pasada temporada su enorme valía para capitanear la zaga y, hasta la fecha, ha sido en el apartado defensivo donde más ha sufrido este equipo. A este contratiempo se une la más que posible baja, también por lesión, de Jorge Morcillo, quien sufrió un golpe en la rodilla en el choque copero y no se ha ejercitado en los dos últimos días. Una prueba de última hora, ya sobre el césped de Mendizorroza, será la definitiva para decidir si puede o no actuar en el arranque de la Liga.
De confirmarse esta ausencia, los problemas se le acumularían a Tomé en una línea para la que contaría con las piezas justas, obligado a repetir con Alaña y Jon Moya como pareja de centrales, con Iván Malón en la derecha y Javi Casas en el flanco zurdo.
dos puntas A partir de ahí, casi todo lo que se puede apuntar del equipo responde a la especulación. Sólo Jito y Casares parecen tener su sitio fijo en el once y, en principio, la pareja de baile del punta catalán en el ataque debería ser Geni. Resuelto este apartado, las principales dudas se sitúan en un centro del campo donde el técnico albiazul puede manejar diversas combinaciones. Ibon Gutiérrez, Salcedo, Esparza, Indiano, Rico... muchos nombres para tres puestos en un equipo titular que tiene como obligación mejorar el rendimiento ofrecido el pasado miércoles.
Lo que tiene claro el Alavés es que no le bastará el escudo y los colores de la camiseta para imponerse a un rival que ya ha dado un serio aviso eliminando de la Copa del Rey a uno de los gallitos del grupo, como es el Palencia. El Caudal, a pesar de su modestia y de ser un recién ascendido, querrá corroborar en Mendizorroza que no es una cenicienta en su regreso a Segunda B.