NOMBRES históricos como los de Óscar El cabezón Ruggeri -campeón del Mundo con la Argentina de Maradona-, su compatriota Islas, el inconfundible Tato Abadía, el guardameta internacional Julen Lopetegi, el estilista Quique Setién o el goleador ruso Oleg Salenko -bota de oro en el Mundial de Estados Unidos 1994 tras anotar seis tantos disputando únicamente la fase previa y cinco de ellos en un único encuentro frente a Camerún- son sólo algunos de los muchos ejemplos de futbolistas que han dado lustre a un club histórico radicado a escasos noventa kilómetros de Vitoria. Se trata, evidentemente, del C.D. Logroñés. Los días de vino y rosas, sin embargo, quedan muy lejos para esta entidad que se ganó, por méritos propios, un hueco entre los clásicos del fútbol español.

Tras vivir su época dorada entre los años 1987 y 1997, en los que únicamente en el ejercicio 95-96 militó en Segunda División mientras que el resto formó parte de la Liga de las estrellas, empezó un imparable y rápido declive que coincidió con la salida de la presidencia de Marcos Eguizábal. El veterano bodeguero vendió el club a un grupo de empresarios riojanos que en cuatro años lo arrastraron desde la Primera a la Tercera División.

La primera década del siglo XXI supuso una agonía constante para una escuadra histórica que, permanentemente amenazada por el fantasma de la desaparición, alternó presencias en Segunda B y Tercera. Así, hasta que el 18 de enero del pasado año se confirmaron definitivamente los peores augurios. Ese día la plantilla, debido al impago de sus salarios, no se presentó al partido que debía enfrentarle al Tedeón y como consecuencia de ello (al ser la segunda oportunidad que sucedía) el club fue descendido a Preferente primero y condenado a la desaparición después al no ser capaz de saldar las deudas que tenía contraídas.

De esta manera, un territorio como La Rioja se quedó sin contar con un equipo representativo. ¿O no? Y es que durante la larga agonía del C.D. Logroñés y tras su inevitable defunción, muchos y variados han sido los proyectos que han intentado ocupar su lugar y convertirse en herederos de ese importante legado. En la actualidad, el adversario al que se enfrentará mañana el Alavés en Mendizorroza en la primera eliminatoria de la Copa del Rey es el mejor colocado en esta frenética carrera.

De esta manera, el Unión Deportiva Logroñés ha ganado la partida, al menos momentáneamente, a otros proyectos que buscaban ese fin de reemplazar al equipo histórico. Un objetivo que no ha resultado sencillo y que, en gran medida, se debe a la implicación del pudiente empresario riojano Félix Revuelta -dueño entre otras muchas empresas de la cadena Naturhouse-.

Antes de que esto se produjera, no obstante, el histórico C.D. Logroñés estuvo peleando hasta la extenuación por ser él quien reviviera su legado. El primer intento de alcanzar ese objetivo por otra vía lo protagonizó el Recreación, que llegó a competir en Segunda B mientras su rival agonizaba en Tercera. Sin embargo, el apoyo social siempre estuvo mucho más del lado clásico que del recién llegado y el proyecto terminó muriendo hasta el punto de haber desaparecido en estos momentos de las competiciones.

Por lo que respecta al conjunto que mañana pisará el césped de Mendizorroza, su génesis tampoco ha resultado sencilla. Porque pese a que su denominación actual es Unión Deportiva Logroñés, lo cierto es que su origen es el C.D. Varea. Este club, fundado en 1967, había logrado el ascenso a la Segunda División B en la campaña 2008-09 y fue precisamente ese verano cuando recibió la propuesta de un nuevo grupo de comprar su plaza. Las conversaciones llegaron a buen puerto y vio la luz la U.D. Logroñés que el pasado ejercicio concluyó noveno en su grupo de Segunda B. La directiva del Varea permaneció dentro del organigrama y el propio equipo se convirtió en filial pero el peso de la gestión pasó a manos de Félix Revuelta y su grupo.

Las Gaunas Desde su refundación, la entidad blanquirroja -como no podía ser de otra manera conserva los colores del histórico Logroñés- ha tratado de convertirse en el referente de la provincia y aunar todas las sensibilidades. Algo que no ha resultado precisamente sencillo y que por el momento no ha logrado del todo. Así, junto a ella convive otro proyecto denominado Sociedad Deportiva Logroñés que vio la luz cuando en 2009 se confirmó la desaparición del clásico.

Situado deportivamente un peldaño por debajo del Unión -en Tercera División-, este club defiende ser el heredero legítimo del que dio fama a la ciudad. Sin embargo, una decisión reciente del Ayuntamiento de Logroño puede haberle relegado definitivamente a un segundo plano en favor del rival del Alavés. Y es que ambas entidades optaban a disfrutar del estadio de Las Gaunas como escenario de sus encuentros pero el Consistorio ha decidido conceder la explotación y uso en exclusividad del terreno de juego durante los próximos cinco años -prorrogabñes a otros cinco- a la Unión Deportiva Logroñés.