Alegría. Los optimistas cada día verán más motivos con los que alimentar sus ilusiones. Los pesimistas por el contrario aún seguirán lamentando que a este Deportivo Alavés aún le queda mucho trabajo por delante. Al menos, lo que sí compartirán ambos es que el conjunto babazorro va dando pequeños pasos hacia delante. Cada día que pasa emite nuevas señales. Positivas además. Hay nuevos motivos para la esperanza.

Ayer, al menos aparecieron varios. Uno de ellos fue la constatación de que Jito va a ser un jugador importante. El delantero catalán fue una auténtica pesadilla para la zaga del Laudio y lideró con su despliegue físico y su entrega veinte minutos en los que el Alavés desplegó un fútbol más que notable.

Combinaciones, desborde por las bandas, principalmente por la izquierda con unos entonados Morcillo y Rico, presión a un rival que era incapaz de frenar el vendaval que se le estaba viniendo encima y ni el más mínimo apuro atrás durante el tramo final de la primera parte. Eso sí, para disfrutar de los mejores momentos del Alavés hubo que esperar casi hasta el ecuador de esos primeros 45 minutos.

Y es que hasta que no llegó el gol de Salcedo, tras recibir una asistencia de Jito, el cuadro babazorro estuvo a merced del conjunto rojiblanco. Los del Valle de Ayala salieron muy bien plantados, presionaron sin ningún tipo de complejos a un Alavés, que no se vio nada cómodo en ningún momento y fue incapaz de dar dos pases seguidos. Al menos, cuando peor lo estaba pasando apareció en escena el ariete catalán para asistir a Salcedo, que batió por bajo al guardameta Jorge.

Parece que el tanto del gasteiztarra despertó a los de Álvarez Tomé de su letargo. De hecho, ahí se vieron los mejores minutos de juego de los albiazules. Ritmo, presión e intensidad, unidas a buenas combinaciones es lo que ofrecieron los babazorros. El Alavés estaba siendo muy superior y Jito redondeó su tarde tras aprovechar un rechace de la defensa rival para marcar un golazo de chilena con el que rubricar su destacada actuación.

Sin embargo, cuando más estaba brillando la escuadra gasteiztarra apareció de nuevo un apagón. Otra vez las dos caras. Los despistes, la falta de ideas, de chispa para combinar y los errores de marcaje de una zaga en la que sólo muestra contundencia un soberbio Cuesta, mientras los demás siguen haciendo aguas .

SEGUNDA PARTE, PLOMIZA El Laudio supo sacar tajada de este intermitente Alavés que viene y va para acortar distancias al aprovechar Silas un regalo de Reguero que falló de nuevo en una salida. De momento no hay manera de encontrar un Alavés sin altibajos. La continuidad está siendo la asignatura pendiente de los albiazules en esta pretemporada. Así se volvió a ver en una segunda mitad plomiza en la que salvo un gol anulado por fuera de juego a un trabajador Geni no se vio nada de nada. El Alavés lo intentó, puso algo más de intensidad, pero no era capaz de elaborar juego ante un Laudio bien plantado y que no pasó excesivos apuros.

Al menos, para la esperanza queda la brillante actuación de Jito, que se confirmó como el killer que es y la constatación de que este Alavés cuando se pone a jugar a fútbol puede hacer mucho daño. Ayer lo hizo durante 20 minutos. Se puede soñar.