Vitoria. Como el protagonista de la parábola del hijo pródigo. Así se presentó ayer en Mendizorroza Asier Salcedo (Vitoria, 9-4-1980). Y es que el ya ex jugador del Real Unión regresa a la que fue su casa durante muchos años -desde su ingreso en las categorías inferiores hasta que en verano de 2002, en plena efervescencia de la etapa más brillante de la entidad del Paseo de Cervantes, inició en Alicante una larga y fructífera carrera lejos de sus colores- dispuesto a poner su granito de arena para que El Glorioso comience cuanto antes a parecerse cada vez más al que él dejó y menos al que se encuentra.
La confirmación oficial de su fichaje en la mañana de ayer supone la quinta incorporación albiazul para el próximo ejercicio y, además, un nuevo paso en el objetivo confesado por los actuales responsables del proyecto de recuperar las señas de identidad y el sentimiento del equipo. De esta manera, Salcedo ha rubricado un contrato para una campaña en lo que considera "un reto" y en ningún caso "un paso atrás" en su carrera pese a haber competido hasta el pasado fin de semana en la Segunda División.
La figura del centrocampista vitoriano -que ha militado también en Alicante, Pontevedra, Ponferradina, Logroñés y Real Unión- adquiere una especial trascendencia en esta su segunda etapa en Mendizorroza y así lo confirmó sin ambages el propio secretario técnico albiazul. "Se trata de un jugador clave para nosotros y era un objetivo claro desde el principio porque representa muchos de los valores que queremos para la plantilla. Por calidad y conocimiento y sentimiento de lo que es el Alavés", alabó Gorka Etxeberria.
El responsable de la confección de la nueva plantilla alavesista desveló, además, que la idea del club es que Salcedo actúe como cerebro del equipo y no en las posiciones de banda izquierda en las que destacó en los primeros años de su carrera. "Es una decisión del entrenador pero en principio le traemos para que juegue por dentro más que por las bandas. Es un modelo para el centro del campo que queremos, en el que el balón circule con rapidez. Tiene calidad y, sobre todo, la sabe utilizar en beneficio del equipo", argumentó el secretario técnico.
Siempre en mente El propio protagonista de la matinal, por su parte, confesó que desde que abandonó la disciplina albiazul hace ya unos cuantos años siempre había tenido "en mente" poder regesar a Mendizorroza, por lo que se declaró "contento" de poder "aportar para lograr el objetivo del ascenso". Y es que Salcedo no eludió en ningún momento la evidente responsabilidad que conlleva su reincorporación al Alavés y puso el listón de la exigencia a la mayor altura posible.
"Cuando me marché ni en los sueños más remotos podía imaginar que el club iba a estar en Segunda B pero ahora vuelvo más hecho como jugador y persona y trabajaré para devolverlo a la situación que se merece. Es un desafío muy bonito y es lógico que exista presión por conseguir el ascenso y para eso el primer paso es quedar primeros de grupo, porque se ha demostrado que en los dos años que se ha utilizado este sistema seis de los ocho ascensos han sido para los campeones", significó el nuevo jugador albiazul.
Por último, Salcedo apuntó al "día a día" como la clave para poder lograr los ambiciosos objetivos planteados. "Siempre que hay una plantilla dispuesta a trabajar mucho los resultados se dan", concluyó el futbolista vitoriano a modo de claro mensaje de lo que debe ser la hoja de ruta alavesista.