Vitoria. Han sido semanas de intensa búsqueda y rastreo del mercado en profundidad para sondear personalmente a los candidatos elegidos para realizar la criba definitiva pero, finalmente, el Deportivo Alavés de la temporada 2010-11 ya tiene patrón. Aunque el club evitó hacerlo oficial ayer, durante la mañana de hoy será presentado como nuevo entrenador albiazul Miguel Ángel Álvarez Tomé. De esta manera, la entidad del Paseo de Cervantes realiza una decidida apuesta por un técnico con amplísima experiencia y enorme conocimiento de la categoría en la que prácticamente ha desarrollado toda su carrera profesional.

Una trayectoria, además, jalonada de destacados éxitos. Porque los buenos resultados han sido en la mayoría de las ocasiones los compañeros de viaje del preparador leonés. Así lo demuestran las seis oportunidades en las que ha disputado al frente de sus equipos las fases de ascenso a la categoría de plata. Un reto que, sin embargo, no ha podido completar con éxito todavía en ninguno de los intentos. Algo que, evidentemente, espera revertir en esta nueva etapa a los mandos del Deportivo Alavés.

La llegada de Tomé a Mendizorroza no ha resultado sencilla, puesto que el club vitoriano se ha encontrado con importantes competidores en el camino. Para empezar, el interés de la Cultural Leonesa -escuadra en la que el entrenador ya ha completado tres etapas con anterioridad-, que ha jugado la baza sentimental para tratar de conducirlo de nuevo al banquillo del equipo de su tierra. Pero, además, también desde otras entidades punteras de la categoría de bronce del fútbol español se ha llamado a la puerta de Tomé con ofertas superiores en lo económico a la que tenía sobre la mesa procedente de la casa albiazul.

Esta circunstancia provocó que la incertidumbre hiciera acto de presencia durante las últimas horas y que la resolución final de las negociaciones tardara algo más de lo previsto en decantarse hacia el lado positivo de la balanza. Sin embargo, definitivamente se produjo la fumata blanca y el entrenador leonés rubricará en la mañana de hoy martes su nuevo contrato de una temporada de duración y recibirá el apasionante encargo de buscar el ansiado regreso del Deportivo Alavés a la Segunda División.

Para ello, evidentemente, tendrá que lidiar con la inevitable dosis de presión que acarrea conducir un proyecto en el que todo lo que no sea certificar el salto de categoría será considerado un fracaso y las urgencias propias de una institución en la que la inestabilidad y la precariedad económicas se han convertido en desagradables señas de identidad en los últimos tiempos. La solidez de su carácter será por lo tanto puesta a prueba desde el pitido inicial y la exigencia se prolongará al mismo e incluso superior nivel durante todo el ejercicio.

Con personalidad Algo que, no obstante, no le pillará por sorpresa puesto que a lo largo de su ya dilatada carrera ha estado acostumbrado a lidiar con este tipo de circunstancias. En su currículo figuran clubes de entidad en los que sólo valía ganar y siempre ha destacado por saber imponer su fuerte personalidad. Tanto en las relaciones con las directivas como con los integrantes de los vestuarios. Una cualidad que ha sido muy valorada por el consejo de administración albiazul a la hora de acometer su fichaje. Y es que los responsables de la entidad del Paseo de Cervantes confían que Tomé sepa liderar el grupo deportivo y no permita que se produzcan fuegos que interfieran en la buena trayectoria del equipo.

La última experiencia profesional del preparador leonés ha tenido lugar esta misma temporada al frente del Granada, recién ascendido a la Segunda División. Sin embargo, el nuevo patrón alavesista no pudo disfrutar de este éxito tras haber sido destituido a falta de dos meses para la conclusión de la temporada regular cuando la escuadra andaluza ocupaba la segunda posición con una comodísima renta respecto a la frontera de los play off. Un despido que sólo se puede explicar por el cambio de propietarios que vivió el club y que motivó que los nuevos dueños apostaran por un hombre de su confianza como Fabri.