Vitoria. Si el reglamento les diera la posibilidad de poder escoger el adversario con el que medirse en el encuentro que puede resultar decisivo para asegurarse el pase a las eliminatorias de ascenso, probablemente los responsables del Deportivo Alavés no tendrían apenas dudas a la hora de efectuar la elección. Atendiendo a las trayectorias de los diecinueve conjuntos con los que comparte el Grupo I de la Segunda División B, la identidad del contrincante más propicio en estos momentos parece más que evidente: el Montañeros.
Curiosamente, como consecuencia de un guiño caprichoso del destino tal vez, la escuadra que el próximo domingo desfilará junto a los discípulos de Iñaki Ocenda por el túnel de vestuarios de Mendizorroza. A priori, la situación ideal para que El Glorioso consiga retener en su casillero los tres puntos que se ponen en liza y -siempre que el Izarra colabore imponiéndose al Pontevedra en Merkatondoa- se asegure matemáticamente la presencia en los play off a falta de dos jornadas para la conclusión de la fase regular, con la enorme tranquilidad que ello le reportaría. Después, todavía debería seguir peleando por el objetivo de asaltar el segundo puesto de la tabla pero siempre con el importante colchón de seguridad que supone saber que, aún en el peor de los escenarios, lucharía por el regreso a la categoría de plata en el tramo definitivo del campeonato.
Para encontrar los condicionantes que convierten al Montañeros en el compañero de viaje ideal, al menos a priori, en este trascendental compromiso de la trigésimo sexta jornada no hace falta más que echar un leve vistazo a sus estadísticas. Y es que de conjunto revelación al comienzo del campeonato ha pasado a farolillo rojo y auténtica decepción tras cruzar el ecuador de la Liga.
De hecho, el combinado que dirige el ex futbolista José Ramón González cuenta con el dudoso honor de ser el peor equipo (en lo que a resultados hace referencia) de toda la segunda vuelta. Así, desde la vigésima jornada y cuando únicamente restan tres más para poner punto final al torneo de la regularidad, el cuadro gallego sólo ha podido incrementar su casillero en catorce pírricos puntos (Bilbao Athletic, Mirandés y Lugo -la otra gran decepción de la segunda vuelta- contabilizaron sólo un punto más que los coruñeses). Unos números que le sitúan incluso por debajo de aquellos conjuntos que luchan por evitar el descenso de categoría. Un riesgo del que el Montañeros está salvado únicamente como consecuencia de su notable expediente en la primera vuelta. En esos diecinueve primeros encuentros, el conjunto gallego consiguió 31 puntos y se situó quinto en la clasificación a solamente cuatro de distancia de la zona de promoción a Segunda. A partir de ese momento, sin embargo, el combinado de José Ramón se ha desinflado por completo hasta caer a su décima posición actual con 45 puntos (a trece del Alavés, cuarto, y con sólo seis de renta sobre el Zamora, equipo que en estos momentos disputaría el play off de descenso)
Así pues, el Deportivo Alavés tendrá ante sí este domingo todos los condicionantes favorables para salir airoso del trance que le ofrece el calendario. Dispone de la opción de dar un paso vital hacia el ascenso y lo hace frente a un adversario en franco declive y que no se juega nada. Sólo debe confirmar esta teoría sobre la práctica del césped.
Visita a Laguardia Por otro lado, el Alavés desplazará esta tarde a dos de sus jugadores -Guereñu y Sergio Pardo- hasta Laguardia para mantener un encuentro con las jóvenes promesas de la Rioja Alavesa. A partir de las 18.00 horas charlarán con todos en la plaza del pueblo y repartirán regalos entre los asistentes.