vitoria. La pelea del Deportivo Alavés por consumar su clasificación matemática para los play off de ascenso deberá prolongarse unas cuantas jornadas más. Una vez desperdiciada la ocasión de alejar de manera casi definitiva al Palencia, el equipo albiazul y su rival de ayer han cedido parte de la ventaja que ambos le sacaban antes del encuentro al quinto en discordia, un Pontevedra que se impuso al Celta B y que recupera el terreno perdido en las últimas jornadas.
El conjunto que dirige el celebérrimo Pablo Alfaro, que se había descolgado en esa lucha por las primeras posiciones de la tabla, volvió a engancharse ayer a esta batalla tras imponerse en su campo por 3-2 al Celta B. Con los resultados que se dieron ayer, al Alavés el empate debe proporcionarle una resaca agridulce. Por un lado, la derrota del Eibar -que prosigue su caída en picado- en el feudo del colista, el Compostela, deja la segunda plaza a tiro. Los armeros, de hecho, sólo cuentan con un punto más que el conjunto gasteiztarra en la tabla.
Sin embargo, el resultado de Mendizorroza ha permitido al Pontevedra apretar la clasificación. Descartado ya el Lemona, ahora en lugar de tres plazas para tres equipos como parecía el pasado domingo, son cuatro las escuadras que van a pelear por apropiarse de las plazas que restan por distribuirse para disputar las eliminatorias de ascenso a Segunda.
la ponferradina gana el título La última plaza está ya asignada. Con los marcadores de anoche el grupo tiene campeón. La Ponferradina, el equipo que se ha mostrado más sólido durante toda la campaña, certificó ayer su supremacía con el resultado que lo convierte en campeón de la competición, con cuatro jornadas todavía por disputarse. Esta circunstancia podría incluso beneficiar al Deportivo Alavés, que visita La Balastera el próximo domingo y tratará de aprovecharse de la presumible relajación con la que a partir de ahora puede afrontar sus encuentros el equipo berciano. Si suma algo positivo, puede dar un paso de gigante de cara a certificar sus aspiraciones de asegurarse una plaza entre los cuatro primeros.