Vitoria. No hay nada mejor para un futbolista que acaba de salir de una lesión que atisbar de nuevo el aroma de la competición. Una semana después de incorporarse a los entrenamientos, y olvidada ya la agonía de dos meses en los que estuvo a punto de perderse toda la temporada, Diego Segura está hambriento por saltar al césped del multiusos de San Lázaro este domingo y ayudar a sus compañeros a regresar a la capital alavesa con tres puntos de oro. Su otrora maltrecha rodilla parece ya totalmente sanada, y el fantasma de la operación que sobrevoló Ibaia hace unas semanas ha sido finalmente exorcizado. "La rodilla me está respondiendo muy bien y el mister puede contar conmigo si lo considera oportuno. Los minutos que salga lo daré todo", aseguró rotundo el mediapunta. Aunque no será titular, Iñaki Ocenda podrá contar por primera vez con Segura desde que aterrizó en el banquillo albiazul.

Precisamente, el jugador sevillano deslizó ayer una ligera puñalada al antiguo entrenador del Deportivo Alavés, Javier Pereira, al apuntar que el equipo completa ahora unas jornadas de trabajo mucho más duras que en la etapa del preparador pacense. "Hemos mejorado en los entrenamientos. Ahora tenemos más intensidad y acabamos mucho más cansados. Al menos cuando el clima acompaña y se puede entrenar.", ironizó el futbolista, que se ha visto obligado a contemplar desde la grada los últimos encuentros de la escuadra vitoriana. De hecho, el último partido que Segura disputó completo data del 1 de noviembre, cuando el Alavés visitó Lasesarre para verse las caras con el Barakaldo.

El fortísimo viento que reinó en las instalaciones albiazules durante toda la mañana impidió a Ocenda acometer el entrenamiento como le hubiera gustado, aunque el entrenador vitoriano aportó algunas pinceladas del once inicial que dispondrá ante el Compostela, actual colista del grupo. Para suplir al lesionado Óscar Martínez gana enteros la opción del canterano Jonathan Reguero, que competirá con Geni por un hueco en la punta de lanza.