Vitoria. Luz para el Deportivo Alavés. Las debilitadas arcas del Paseo de Cervantes recibieron ayer un pequeño respiro. Oxígeno para un enfermo que necesita tiempo. Eso es lo que le ha concedido la Tesorería General de la Seguridad Social al conjunto babazorro. El Instituto Nacional ha otorgado al conjunto vitoriano un aplazamiento del pago de su deuda.
Y es que en estos momentos, el club vitoriano no puede hacer frente al cerca de medio millón que debe a la Seguridad Social. Por eso, Alfredo Ruiz de Gauna acudió ayer a las oficinas que tiene la Tesorería General en Vitoria para mantener una reunión con sus responsables y alcanzar un acuerdo para posponer y fraccionar el pago de dicha cantidad.
El encuentro entre ambas partes fue más que positivo. Fuentes cercanas al máximo accionista revelaron que "existe buena predisposición" por parte de la Seguridad Social, uno de los acreedores privilegiados del club para demorar el pago. "Nos han dicho que en lo que nos puedan ayudar, ayudarán", añadieron al respecto.
De hecho, tras la reunión mantenida ayer confirmaron que "hay buena sintonía" hasta el punto de que el acuerdo alcanzado para demorar el pago del casi medio millón de euros permitirá evitar la ejecución de un posible embargo de las propiedades del club por parte de la Seguridad Social, hecho éste que en ningún momento se había planteado el propio Instituto Nacional, como ayer mismo reflejaron al propio Ruiz de Gauna en la reunión mantenida entre ambas partes.
RIESGO DE MULTA Sin embargo, no todo son buenas noticias para el Deportivo Alavés. El club se expone a una sanción económica por los incidentes transcurridos en los minutos finales del partido del pasado domingo ante el Racing de Ferrol y que el colegiado Israel Simón del Pino recogió en el acta.
El trencilla catalán reflejó que un asiento fue arrancado del graderío tras el gol albiazul y fue lanzado al campo, estando a punto de impactar en uno de sus linieres. "En la consecución del gol local, fue lanzado un asiento de plástico contra el asistente número 2. El cual no impactó contra él por escasos centímetros. Fue lanzado desde un sector donde había ubicados seguidores locales y en la parte opuesta del terreno de juego desde donde se consiguió el tanto", señala Simón del Pino en el apartado de incidencias del público.
No quedaron ahí los incidentes vividos en Mendizorroza el pasado domingo. Y es que como consecuencia del postrero tanto de Dani Bouzas, el jugador visitante Ignacio Calvillo no pudo reprimir su enfado y la emprendió contra el banquillo al que dio un puñetazo rompiendo parte del lateral de metacrilato.
El delegado local, Roberto Jiménez, reprendió esta acción y se formó una pequeña trifulca a la entrada del túnel del vestuario que también quedó recogida en el acta del colegiado. "Al finalizar el encuentro se produjo una fuerte discusión, justo antes de entrar en el túnel de vestuarios, entre el delegado de campo D. Roberto Jiménez Sevilla y el dorsal número 19 del Racing de Ferrol D. Ignacio Calvillo Zubiarre en la que tuvieron que intervenir miembros de ambos clubs y las Fuerzas de Orden público para calmar los ánimos y separar a ambas partes".