Vitoria. Los caminos en los que se mueve en los últimos tiempos el Deportivo Alavés son de lo más insospechados pero la senda más reciente que ha explorado la casi nonagenaria institución albiazul en busca de garantizarse su supervivencia cuenta con una fisonomía de lo más reconocible para los aficionados al deporte. Y es que un grupo de conocidos deportistas arropados por una empresa líder en el sector en Euskadi han sido los últimos en llamar a la puerta de las oficinas del Paseo de Cervantes para conocer el estado real del club y valorar la posibilidad de formar parte de su nuevo consejo de administración tras entrar con fuerza en la ampliación de capital.

Los nombres propios de este grupo son en concreto la firma de pelota Asegarce y personas muy vinculadas a la misma, como el cocinero Karlos Arguiñano, el entrenador Javier Clemente y el ex futbolista Julio Salinas, quien ya fue pieza clave en el resurgir del Glorioso en las dos primeras temporadas de la escuadra vitoriana en la Liga de las estrellas de la mano de Mané.

Después de unos contactos iniciales que ya se habían producido semanas atrás, el hasta ahora último capítulo de esta historia se produjo en la jornada de ayer. Concretamente al mediodía. Fue entonces cuando tuvo lugar una comida -en el restaurante del televisivo cocinero en Zarautz- en la que definitivamente se pusieron las cartas sobre la mesa. A la misma acudió un alto representante de la empresa de pelota y estaba prevista también la presencia del ex seleccionador español pero, finalmente, otro compromiso impidió que acudiera.

La representación por parte del Alavés no recayó en esta oportunidad en su todavía presidente en funciones ni tampoco en el nuevo accionista mayoritario (Viajes Bidasoa) sino en otro de los grupos que en los últimos tiempos parece interesado en subirse al tren albiazul. Así, fue el responsable del Grupo Rioja el que estuvo presente en el almuerzo que debía servir para asentar los principios de una decisión firme.

Y, al igual que ha sucedido en ocasiones anteriores, al final de la reunión la fumata que salió del comedor ofrecía una clara tonalidad oscura. Pese al firme interés de este conglomerado de personalidades con evidente experiencia en la gestión tanto deportiva como empresarial y notables conocimientos futbolísticos por unirse a la familia Ruiz de Gauna en el desafío de tratar de conseguir la supervivencia del Alavés, la dura y terca realidad de los números ha hecho finalmente que se retraigan.

Tras estudiar la situación del club y escuchar la información de los que conocen los entresijos de la economía de guerra albiazul de primera mano, han llegado a la conclusión de que la empresa entraña unas dificultades y exigencias de tal calibre que, por el momento, no están en condiciones de asumir. Por la tanto, se retiran de la escena salvo que se produzca un inesperado giro de la situación.

Porque por la cabeza de este posible grupo inversor pasa como única vía para encontrar una salida factible a la gravísima crisis económico del Glorioso un apoyo todavía más importante de las instituciones. A su juicio, solamente si los organismos públicos se meten en el barro hasta las rodillas podrían existir posibilidades ciertas de éxito y se plantearían varias su postura actual, contraria en principio a invertir en el Alavés.

improbable Sin embargo, esta hipótesis se antoja en estos momentos de lo más improbable. De esta manera, el teniente de diputado general, Claudio Rodríguez, volvió a poner de manifiesto ayer con sus declaraciones públicas una posición del Ejecutivo foral meridianamente clara y muy poco proclive a realizar más esfuerzos de los que ya ha realizado hasta ahora.

"Por parte de la Diputación ya se ha prestado una ayuda muy importante y todo el mundo tiene que tener claro que no vamos a poner ni un euro más", zanjó cuestionado sobre la posibilidad de conceder nuevas ayudas financieras a la entidad del Paseo de Cervantes para tratar de garantizar su supervivencia. Manteniendo igualmente la misma línea de sus declaraciones anteriores, Rodríguez insistió en que en el Palacio de la Provincia no existe preferencia alguna sobre quiénes deben ser los nuevos gestores del club. Siempre, eso sí, que los encargados de llevarlo a cabo realicen un trabajo correcto y protagonicen una gestión seria. Con esta situación por delante y la que parece casi definitiva negativa del grupo de Asegarce y Javier Clemente a entrar en el proyecto del nuevo Glorioso, sólo cabe esperar que finalmente aparezca cuanto antes alguien dispuesto a ofrecer el ansiado sí, quiero.