vitoria. En el mundo del fútbol, como en la vida por otra parte, hay teorías para todos los gustos pero en lo que a la utilización de los jugadores pueden agruparse en dos bandos claramente definidos y diferenciados. Por un lado aquellos que son partidarios de las rotaciones para no sobrecargar de esfuerzos siempre a los mismos y que toda la plantilla pueda responder en un momento de exigencia, y los que defienden que es mucho más beneficioso encontrar un bloque fijo y que sean siempre los mejores los que disfruten de la condición de titulares siempre que su estado físico y las tarjetas se lo permitan.
Pues bien, el Deportivo Alavés de la presente temporada podría decirse perfectamente que se ha adscrito a la primera de las filosofías como su más firme defensor. Claro que, vistos los resultados, no está demasiado claro que le haya funcionado especialmente. Tal vez, porque lo ha tenido que realizar obligado por las circunstancias o por la falta de rendimiento de muchos de sus integrantes.
Sea como fuere, lo cierto es que el combinado albiazul no ha repetido ni una sola alineación a lo largo de las veinticuatro jornadas de Liga que se han disputado hasta el momento. Semana tras semana, el técnico ha dispuesto onces iniciales en los que, como mínimo, se registraba un cambio respecto al que había saltado al terreno de juego siete días antes.
Las variaciones, además, han afectado a todas las líneas del equipo y nadie se ha salvado de verse afectado por estas improductivas rotaciones. Desde el guardameta hasta el delantero centro, todos y cada uno de los integrantes de la plantilla han ido entrando y saliendo con mayor o menor frecuencia de los planes de Javier Pereira e Iñaki Ocenda (este último hasta el momento sólo en el encuentro que ha dirigido).
También es verdad que las numerosas lesiones y sanciones que han afectado al combinado vitoriano desde que arrancó el ejercicio han tenido una destacada influencia en este hecho pero tampoco pueden servir para esconder la realidad de que, hasta el momento, el Alavés ha sido incapaz de encontrar un equipo que le funcione con un mínimo de garantías.