Vitoria. La etapa de Iñaki Ocenda como entrenador del Deportivo Alavés comenzó escasos minutos después de que Javier Pereira se pasase por las instalaciones de Ibaia para despedirse de los que han sido sus jugadores hasta la fecha en unos prolegómenos en los que también Fran Moreno estuvo en el vestuario recogiendo sus pertenencias personales antes de emprender su nueva aventura profesional en el Ontinyent. Llegó después el turno para que el nuevo preparador alavesista se viese las caras por primera vez con sus pupilos y, tras una breve charla, todos saltaron al césped para, con un prolongado calentamiento, dar comienzo al primer día de trabajo de la era Ocenda.

La presencia de un técnico de la casa al frente del primer equipo - el último en hacerlo, también de manera interina, fue Julio Bañuelos- despertó una gran expectación en el entorno albiazul. Seguidores, accionistas, entrenadores, directivos y representantes, además de una nutrida representación de la prensa gráfica tomando la instantánea del día, se acercaron hasta las instalaciones de Ibaia para presenciar el estreno de Ocenda.

En su primera sesión, el nuevo técnico quiso conocer de primera mano el grupo que va a tener que manejar por un espacio de tiempo todavía indefinido. Al equipo lo conoce de haberlo visto en sus compromisos en Mendizorroza, pero ahora también precisa trabajo de campo para profundizar en unas vicisitudes que, de momento, le son prácticamente desconocidas.

Para conseguirlo, Ocenda ha centrado sus primeras horas de trabajo en obtener información de primera mano de dos figuras que han convivido con la plantilla desde el arranque de la temporada. Las conversaciones del preparador vitoriano con el preparador físico, Rafa Cristóbal, y el entrenador de porteros, Tito, han sido una constante. Si el martes mantuvieron una prolongada reunión durante toda la mañana, ayer, ya sobre el césped, también se dirigió a ambos constantemente para seguir recabando más información.

Tras completar los ejercicios de calentamiento con y sin balón, Ocenda reunió a todo su equipo -la buena noticia es la recuperación de todos los lesionados con excepción de Diego Segura- en el centro del campo e impartió una charla antes de repartir petos por primera vez en su nueva etapa como técnico. A continuación, el preparador alavesista dispuso un partidillo en el que los jugadores trabajaron el juego en superioridad numérica y en el que se pudieron apreciar las primeras pinceladas de lo que va a exigir a sus jugadores.

El incremento de la intensidad en los entrenamientos es la principal proclama que ha utilizado Ocenda en su desembarco. Desde su atalaya privilegiada en la grada de Mendizorroza, el técnico no ha visto al Alavés al nivel de entrega que le gustaría tener a partir de ahora y, por ello, quiere subir varios grados el nivel de exigencia en los entrenamientos para que después los jugadores puedan ofrecer su máximo nivel cada fin de semana.

bajas importantes Aunque se trataba de una primera toma de contacto para saber qué mimbres va a tener, el primer entrenamiento de Ocenda también destapó alguna de las que pueden ser líneas maestras de cara al compromiso del próximo domingo contra el Guijuelo. Y es que, además de la derrota, el compromiso en León se saldó con tres importantes bajas por sanción que tendrán que ser purgadas el próximo domingo y que dejarán muy mermada de efectivos a la defensa.

Así las cosas, confirmadas las ausencias de Castells, Morcillo y Raúl Llorente, el preparador alavesista comenzó a probar variantes en la zaga de cara al próximo compromiso. Por lo visto ayer, Igor Cuesta se verá acompañado por Romerito en su regreso, mientras que las bandas serán propiedad de Carrión y Mesquita, aunque todavía no está claro quién será el lateral derecho y quién el izquierdo, ya que los dos intercambiaron sus posiciones a lo largo del entrenamiento.

Del mismo también se puede entresacar que Ander Alaña actuará como pivote en solitario. En su última etapa en el filial, Ocenda apostó por un sistema 4-1-4-1 que ahora podría repetir, aunque para ello tendrá que analizar primero con profundidad cuáles son las características de sus jugadores para, a partir de ahí, componer un esquema que permita obtener el mayor rendimiento de esta plantilla, algo que hasta la fecha Javier Pereira no había conseguido.

Las principales dudas siguen estando en el entramado ofensivo y la zona de creación y, en este sentido, pocas conclusiones se pueden sacar de un primer entrenamiento en el que Ocenda apenas pudo contar con la presencia de Geni. El delantero asturiano se incorporó tarde a la sesión de trabajo porque tenía un examen a primera hora de la mañana, aunque cuando regresó recuperó el tiempo perdido y tuvo unos minutos para demostrarle al nuevo entrenador que merece seguir teniendo un sitio en el once.