A Coruña. Tres semanas sin ganar constituyen un balance del todo inaceptable para un equipo que lleva la etiqueta del ascenso pegada a su espalda. Once puntos en los diez últimos compromisos son escaso bagaje para un conjunto que no está cumpliendo con las expectativas creadas. La intranquilidad, el nerviosismo, en definitiva, las dudas, se han apoderado de un Deportivo Alavés que necesita un golpe de timón inmediato para variar una trayectoria última que no hace albergar nada positivo. El remedio, el único que existe en el mundo del deporte, es la victoria. Jugando bien, mal o regular, los tres puntos son ahora el único objetivo de un equipo que se metería en serios aprietos de tropezar de nuevo.
Por si la exigencia ya de por sí no fuera poca, al cuadro dirigido por Javier Pereira le va a tocar afrontar un desplazamiento para nada asequible, ya que el Montañeros se ha convertido, por méritos propios, en la sorpresa agradable de la temporada. Lo que a principio de curso se podía contemplar como un choque de escasa exigencia, ahora se ha convertido en un ochomil más en la particular senda del equipo vitoriano. En el incomparable marco del estadio de Riazor, los albiazules tienen una oportunidad de oro de dar un golpe sobre la mesa y sentar sus reales de manera definitiva ante un oponente que se pasado de cenicienta a lobo feroz.
Y es que el Alavés necesita empezar a demostrar de una vez su condición de favorito ante un rival que, de manera sorprendente, se ha convertido en oponente directo en la pelea por entrar entre los cuatro primeros. Con sólo tres partidos por delante para la conclusión de la primera vuelta, los albiazules han sido incapaces de superar a ninguno de los clubes que ocupan los puestos de privilegio del grupo y su quinto puesto en la tabla viene avalado por un excelente arranque de curso que le condujo al liderato y por sus aisladas victorias posteriores ante equipos de menor calado. En el cara a cara con rivales de su rango, los vitorianos han besado la lona o, como mucho, han conseguido firmar tablas.
con casi todos Llega ahora una nueva oportunidad de resarcirse ante un rival que, pese a haber encontrado un hueco en la categoría a última hora por el descenso administrativo del Ciudad de Santiago, está maravillando con su buen fútbol. Las cinco victorias consecutivas cortadas la pasada semana en su visita a Lemona son claro reflejo de que algo tendrá el agua cuando la bendicen. De la mano de José Ramón González (hermano de Fran), los coruñeses han apostado por el toque preciso en un grupo en el que el patadón es el rey. De este estilo puede intentar aprovechar un Alavés que, en busca de un estilo que se debería asemejar mucho al de los gallegos, necesita los tres puntos para no verse descabalgado de su objetivo de manera prematura.
Para conseguir este objetivo, Pereira apostará por una alineación de experiencia una vez recuperados sus principales baluartes. Castells está para volver al eje de la zaga, mientras que Romerito y Bouzas intentarán dar consistencia al centro del campo quedando algunas dudas en la punta del ataque.