Vitoria. Los números cantan y, en el caso del Deportivo Alavés, asustan. Y no por lo positivo de los mismos. El bache de resultados que está atravesando el equipo entrenado por Javier Pereira es para estar ya algo más que preocupados porque, restando las seis primeras jornadas en las que el conjunto vitoriano se mantuvo invicto, la trayectoria a lo largo de los diez últimos compromisos ligueros arroja un balance desolador que echa por tierra todos los objetivos marcados al inicio del curso. Por fortuna, el arranque de la temporada vino acompañado de una suculenta renta de puntos que ahora, en lo más duro de la crisis, ha servido de colchón para que el cuadro albiazul no se quede descabalgado de sus opciones de ascenso cuando la campaña ni siquiera ha atravesado su ecuador competitivo.

Los catorce puntos cosechados a lo largo de las seis primeras jornadas, y que vinieron acompañados con el premio del liderato, fueron los sólidos cimientos sobre los que el cuadro alavesista asentó su a priorística condición de claro candidato al ascenso. Seriedad defensiva y espectacular pegada fueron las principales señas de identidad de un equipo que no enamoraba con su juego, pero que se mostraba tremendamente efectivo.

Por desgracia, ese buen arranque fue una especie de oasis que dejó paso a un infernal desierto del que no se alcanza a ver el final. Tras la primera derrota de la temporada -en la visita al Racing de Ferrol en la séptima jornada-, los pupilos de Pereira no han sido capaces de recobrar la solidez del inicio de la temporada y han convertido los tumbos en su característica más habitual.

Las cifras han descendido de manera alarmante a lo largo de los diez últimos partidos ligueros, en los que el cuadro vitoriano sólo ha sido capaz de añadir otros once puntos a su casillero para alcanzar los 25 que atesora en estos momentos y que le sitúan en la quinta plaza.

Tres victorias, dos empates y cinco derrotas han sido el desastroso balance de los alavesistas a lo largo de sus diez últimas comparecencias ligueras, lo que les convierte en uno de los peores equipos de la categoría en este intervalo competitivo en el que la caída en picado por los pésimos resultados se ha visto mitigada por el excelente colchón amasado al principio.

Entre las jornadas séptima y decimosexta, sólo cuatro equipos han cosechado menos puntos que el conjunto vitoriano y uno más ha igualado los once de los pupilos de Pereira. Como no podía ser de otra manera, estos cinco equipos (entre los que se encuentra el Barakaldo que ha sumado diez puntos pero todavía tiene que disputar un partido aplazado) ocupan puestos de media tabla para abajo y descenso.

impresionante eibar A partir de ahí, los otros catorce equipos que componen el Grupo I han sido capaces de sumar más puntos que el Alavés en el último tramo de diez partidos y, lo que es más grave para los intereses alavesistas, los que partían con el cartel de favoritos han pisado el acelerador a fondo. Es el caso del Eibar que, pese a no haber ganado en los tres últimos partidos, ha sido capaz de atrapar 23 puntos merced, sobre todo, a su fenomenal racha de siete victorias consecutivas que le permitieron ascender al liderato y asentarse en el mismo con absoluta comodidad.

A cierta distancia, cuatro puntos, se encuentra un Palencia que ha conseguido diecinueve en los últimos compromisos y ha ascendido hasta la tercera posición. Otro ascendido, el Mirandés, ha sumado dieciocho puntos, mientras que la clasificación de honor la cierran Lugo y Montañeros con diecisiete puntos por cabeza.