Vitoria. Tranquilidad en medio de la tormenta. Dentro de una semana en la que han abundado las reuniones entre jugadores, cuerpo técnico y directiva, el entrenador del Deportivo Alavés, Javier Pereira, quiso restar trascendencia al compromiso que mañana enfrentará al Glorioso contra la Ponferradina a pesar de ser consciente de que un nuevo fracaso podría conllevar que la cuerda se rompiera de nuevo por la zona más débil, en este caso por el puesto en el banquillo que él mismo ocupa en la actualidad.

"No temo a nada porque no son cuestiones que me competen. Yo no voy a tomar ese tipo de decisiones porque lo mío es lo deportivo. Hasta ahora todo ha sido bonito, ahora estamos sobre la línea roja. No puedo temer nada porque tengo la conciencia tranquila y lo que apelo es al trabajo. Hay un refrán que dice que si piensas que vas a perder ya has perdido, yo pienso que voy a ganar, que voy a estar aquí dos años y que voy a cumplir el proyecto con todas las dificultades que vengan", señaló el preparador albiazul.

Y es que, según el técnico pacense, la responsabilidad va aparejada al puesto que ocupa y no sólo existe presión sobre la figura del preparador cuando los resultados no son los esperados: "Un entrenador siempre se siente cuestionado. Desde el primer día que llegas lo sientes porque siempre se te pide más. Cuando los resultados no se dan como a todos nos apetecen, todavía más, pero hay que saber convivir con ello y yo estoy preparado para hacerlo porque cuando ganábamos y ahora he seguido siendo el mismo. Los resultados te hacen tener credibilidad de cara al exterior, pero a mí lo que me interesa en tener la confianza de la plantilla".

Por todo esto, el preparador albiazul no quiso cargar más peso en la mochila de responsabilidad que ya carga sobre sus hombros el Alavés de cara al compromiso contra la Ponferradina. "Son tres puntos, aunque es verdad que venimos de dos derrotas y tenemos que recuperar otra vez el camino. Es un partido con más tensión que el resto, igual que el que afrontamos la otra vez que veníamos de dos tropiezos. Somos un equipo que siempre vamos con la obligación y la tensión no puede afectarnos de manera especial porque es algo con lo que convivimos desde el primer día".

Para regresar a la senda de la victoria mañana, Pereira espera que su equipo recupere la "referencia y seguridad en el juego" que se ha perdido en los últimos partidos para conseguir "el equilibrio" que permita al equipo "ser competitivo en todos los partidos".

Para lograr este objetivo, a sus discípulos les ha pedido que "sean ellos mismos, que tengan confianza y que se lo tomen con tranquilidad porque ésta es una prueba de madurez que hay que superar con hombría. Cada uno tiene que cumplir con su labor y luego los resultados llegarán por añadidura".

oponente de campanillas No lo tendrá nada fácil el Alavés ante una Ponferradina que en estos momentos ocupa el segundo puesto del grupo, pero Pereira considera que el hecho de enfrentarse a un rival de enorme potencial tiene que servir de acicate para que su plantilla dispute este compromiso con un grado extra de autoexigencia que le permita regresar al camino de la victoria y reconciliarse de esta manera con una grada que no está del todo contenta.

"Les está costando sacar partidos, igual que a nosotros. Su objetivo es el mismo que tiene el Alavés, aunque tienen la ventaja de conocer la competición. Es un equipo de nuestro perfil y para salir del bache lo mejor es encontrarte a un equipo que te exija al máximo. No podemos relajarnos porque tienen buenos jugadores que te pueden sentenciar un partido", concluyó el técnico.