Vitoria. Los problemas siguen creciendo para este Alavés que deambula sin rumbo por la Segunda B, como bien demostró ayer sobre el terreno de juego de La Balastera. El equipo albiazul fue totalmente incapaz de sacar adelante un choque en el que se puso por delante en el marcador, y acabó la jornada fuera de los puestos de play off. Finalizado el partido, Javier Pereira trató de buscar explicaciones al desesperante fútbol que despliegan sus pupilos.
"Hemos jugado con mucha intranquilidad. Sin intensidad y sin dar la imagen de un equipo compacto", apuntó el técnico pacense antes de ahondar directamente en el que considera el motivo real de la mala racha que atraviesa su escuadra. "Jugamos con una presión añadida y veo a los jugadores especialmente ansiosos por conseguir el resultado. Cuando estás nervioso y ves que la gente no saca el talento que tiene es hora de volver al principio. Ése es mi trabajo a partir de ahora", adelantó Pereira, que quiso destacar algunos detalles que, en su opinión, ejemplifican el problema que sufre el cuadro albiazul. "Tenemos demasiados errores en los pases. En la última jugada de Igor, por ejemplo, debió haber doblado el pase pero ni siquiera vio a su compañero", recordó el entrenador nacido en Badajoz.
Pero la competición no perdona ni entiende de periodos de reflexión, y el próximo choque del Alavés -en Mendizorroza ante la Ponferradina, segunda en la tabla- no se presenta precisamente como el mejor momento para iniciar una nueva etapa. Sin embargo, Pereira confía en que la afición vitoriana perdone los errores del equipo y no cargue contra sus pupilos a las primeras de cambio. "Si encima que ahora estamos ansiosos nos empiezan a pitar, eso influirá en el rendimiento del equipo. Pero yo eso ni puedo ni quiero controlarlo. La afición es soberana", concluyó el preparador albiazul antes de regresar de nuevo al vestuario para una última charla con sus jugadores.
Mientras tanto, Igor Martínez se mostró tremendamente enfadado por el juego desplegado por el Alavés. De hecho, el futbolista dejó a un lado por un momento su habitual sosiego para dar rienda suelta a su opinión. "Estoy muy jodido. No nos pueden meter los goles que nos meten. No quiero hablar en caliente, pero habrá que analizar y tomar decisiones, porque esto es preocupante", reflexionó el joven jugador vitoriano. Un comentario que corroboró Romerito poco después al asegurar que "hay gente a la que le falta experiencia". "Debemos ser más maduros porque así no se puede seguir", concluyó el andaluz, que vio su quinta amarilla y se perderá el duelo del próximo domingo ante la Ponferradina.