Una vida por y para el café. Y es que no todos se tatuarían símbolos relacionados con estos granos tostados que para muchos suponen el primer despertar por las mañanas y para otros, como nuestros protagonistas Claudia y Rafael, una filosofía de vida que empezó detrás de una barra hace ya unos años.
Puede que sus caras o sus nombres te suenen de algo. Sí, ellos eran los que durante 7 años estuvieron al frente del mítico café Batzarre en el barrio gasteiztarra de Ariznabarra. Un local que, cuando lo dejaron para reabrir el ONest en Salburua, poco tenía que ver con sus inicios gracias a los cambios que poco a poco fueron introduciendo en su oferta encaminándose al concepto que ellos buscaban de local y donde el café fuera eminentemente el protagonista sobre el que girara todo lo demás; es decir, el alcohol iba pasando a un segundo y casi tercer plano. Y es que Claudia y Rafael, matrimonio venezolano que lleva dos décadas en Vitoria-Gasteiz, querían ir dando pasos hacia esa cafetería de café de especialidad que ahora es una realidad en el ONest.
Precisamente, este es el leitmotiv de este bonito y cuidado establecimiento que ahora llevan en la calle Gabriela Mistral y que busca convertirse en toda una referencia en la ciudad en lo que a café de especialidad se refiere. Lo están logrando ya que es uno los espacios favoritos para los amantes de esta bebida que no dudan en hacer cola incluso los fines de semana para disfrutar de una deliciosa taza junto con las cuidadas tostadas que prepara su cocinera Yudi; dignas del mejor post de Instagram.
La vida son casualidades
Los problemas para conciliar su vida familiar (tiene dos hijas) con sus anteriores trabajos hicieron que la pareja se animara a ser sus propios jefes. Una idea que materializaron cogiendo ese mítico local del Batzarre con la ayuda de la Fundación Gaztenpresa de LABORAL KUTXA (sobre todo en todo lo referente a la parte del papeleo, gestión de una empresa, números…) y siguiendo el sueño que tenía Rafael que, antes incluso de ponerse tras una barra con su negocio propio, no dejaba de formarse para ser uno de los baristas más reconocidos de toda Vitoria-Gasteiz.
Llevábamos tiempo con la idea de cambiar de aires, de irnos a otro local para seguir con nuestra idea de la cafetería de especialidad a la que queríamos dar forma y casi por casualidad surgió la oportunidad de coger el ONest. “Un día tomando un café aquí la chica que lo llevaba estaba buscando nuevos gerentes para hacerse cargo de este local que, en cuanto lo vimos, supimos que era lo que estábamos buscando para seguir haciendo nuestro trabajo tal y como nos gustaba. Hablamos todo y fue rapidísimo: en apenas 2 semanas lo apalabramos", cuenta Rafa acerca de los inicios en este coqueto local en Salburua en el que van camino de cumplir dos años desde su apertura.
Algo más que un desayuno, una experiencia
Una apertura que a tenor de las colas de gente que se forman las mañanas de los fines de semana va viento en popa. “Nos trajimos mucha cliente del Batzarre que incluso antes se movilizaba hasta ese local por nuestro café; y ahora nos les ha importado caminar algo más hacia el ONest”, comenta Claudia. Clientela asidua a esta pareja desde hace años y a la que se suman rostros nuevos atraídos tanto por el café de especialidad (cada semana hay alguno nuevo) como por unas deliciosas tostas saludables, croissants caseros, zumos deliciosos, matchas de colores, brunchs temáticos y todo tipo de tés para los amantes de esta bebida.
Pese a todo, no se les va el hormigueo (como todo autónomo) cada vez que levantan la persiana de su cafetería de especialidad pensando en si ese día será un buen día de trabajo. Por ahora, y parece ser que, por mucho tiempo, ese cosquilleo se queda solo en eso y no en una realidad. Y es que no hay nada como esforzarse en aprender y dar lo mejor de sí mismo para que los clientes sigan haciendo cola a las puertas de tu negocio.
Un negocio que empezó hace 9 años cuando tomaron la decisión de emprender. Más de 5 toneladas de café después, la aventura continúa mucho mejor de lo que ellos imaginaron.