El cambio de ejercicio se ha saldado en las carreteras alavesas con media docena de personas que se dejaron la vida, durante el recién finalizado 2022, en alguno de los puntos del asfalto de la red viaria del territorio. Esa cifra se ve incrementada además con los dos atropellos mortales registrados en el casco urbano de Vitoria, en los meses de enero y mayo, y que se cobraron la vida de dos mujeres octogenarias.

Baja la mortalidad un 50%

Esa cifra de media docena de fallecidos en accidentes de tráfico es menor que las diez contabilizadas en el año 2021 y ligeramente superior a las cinco del pandémico y atípico 2020, donde se limitó la movilidad durante muchos meses. Si se toma como referencia el año 2019, último de plena normalidad antes de la irrupción del coronavirus, el balance de tráfico refleja un desplome del 50% en la mortalidad de la red viaria alavesa. Ese año fueron una docena los conductores fallecidos en las carreteras, mientras en el año que ha terminado este sábado la negra lista se quedó en solo media docena de personas.

Todos ellos han sido conductores de vehículos implicados en algún choque contra otro automóvil o por salirse de la calzada. Ninguno de los seis fallecidos han sido motoristas, a diferencia de los dos que hubo que certificar en el año 2021.

Última fallecida en Barrundia

El último registro se añadió a esta luctuosa serie el pasado lunes día 26. Una mujer falleció poco antes del mediodía como consecuencia de las heridas provocadas por un impacto entre dos coches en las inmediaciones de la localidad de Dallo, en el cruce con la A-4005 en el término de Barrundia.

Uno de los vehículos quedó volcado sobre la calzada, tuvieron que intervenir los grupos especializados para desencarcelar a los heridos y los servicios sanitarios solo pudieron certificar el óbito de la mujer en el mismo lugar del terrible impacto. Fue necesario también recurrir a un helicóptero de Osakidetza para trasladar a los heridos al complejo de Txagorritxu. 

En el segundo semestre del año

La media docena de fallecidos por accidentes de tráfico en Álava se ha concentrado en la segunda mitad del año. Los seis primeros meses discurrieron sin percances mortales hasta el 30 de junio.

Esa jornada de jueves, que clausuró el mes, abrió la negra lista de fallecidos en la red viaria provincial. Un varón falleció como consecuencia de una colisión múltiple registrada en la A-625 a su paso por Luiaondo (Llodio) y donde se vieron implicados un vehículo de la compañía Bizkaibus, un camión y una furgoneta. Fue precisamente el conductor de esta última el que se dejó la vida en el asfalto en el trayecto de retorno desde un mercadillo de venta ambulante en Portugalete, hasta su domicilio de Amurrio donde residía con su esposa.

Esta vía es uno de los puntos negros en Álava ya que la A-625 concentra una elevada cifra de siniestros y es elevado el número de fallecidos en esa zona a lo largo de las últimas décadas. 

Diez días después, no muy lejos del anterior lugar, se registró la segunda víctima en las carreteras. Un varón de 75 años falleció al salirse de la carretera el vehículo que conducía, a la altura del término municipal de Ayala, en el punto kilométrico 53 de la A-624.

El mes de agostó transcurrió sin percances fatales y el primer día de septiembre un accidente nocturno, en la N-240 a la altura de Legutio ocasionó el fallecimiento en el acto de uno de los ocupantes de los dos vehículos que chocaron. 

El 19 de noviembre se produjo el accidente más grave del año en Álava con el balance de dos personas fallecidas. Minutos antes de las ocho de la mañana, en el punto kilométrico 37,8 de la N-124 en el término municipal de Labastida colisionaron frontalmente un vehículo y una furgoneta

Dos atropelladas en Gasteiz

La negra lista de fallecidos se completa con la muerte de dos mujeres atropelladas en el casco urbano de la capital alavesa. La primera de ellas, de 84 años, perdió la vida el 25 de enero al ser arrollada y embestida por un vehículo en un paso de peatones a la altura del Paseo de los Humedales.

La segunda fallecida, de 82 años, falleció tras recibir el impacto de un camión de prácticas de una autoescuela en la confluencia de las calles Valladolid y Andalucía, en el barrio de Aranbizkarra.