Justin Fashanu fue un talentoso futbolista inglés que pasó a la historia como el primer jugador negro en ser traspasado a otro club por un millón de libras. Hoy, 19 de febrero, habría cumplido 61 años. Sin embargo, Fashanu se quitó la vida cuando solo tenía 37, ocho después de hacer pública su homosexualidad, tras ser acusado de abusar de un menor en Estados Unidos y sufrir un linchamiento mediático sin precedentes. La Policía abandonó este caso poco después por falta de pruebas.
“Ya he sido condenado como culpable”, dejó escrito en una nota de suicido Fashanu, para quien este episodio supuso la gota que colmó el vaso de la homofobia sufrida a lo largo de su vida y desde todos los ámbitos. La memoria de Fashanu revive de nuevo este 19 de febrero, Día internacional contra la LGTBI+fobia en el deporte, una efeméride que también va a celebrarse en Vitoria y Álava para recordar todo lo que falta por avanzar en este ámbito.
“Es una fecha que no podemos pasar por alto, porque el estigma en el deporte es diario. En las canchas, en los vestuarios... identificarse como alguien del colectivo sigue sin estar bien visto. Ahí está impuesta la estructura rígida que imponen los roles de género. La diferencia en este caso te hace el blanco de críticas e insultos y en el peor de los casos también de agresiones”, reflexiona en conversación con este periódico Antoine Sáez, presidente de Miaukatuz Kirol Kluba.
Este equipo de voleibol gasteiztarra nacido en 2014 y federado desde 2016 representa una excepción en el panorama deportivo cercano. No en vano, se trata del único club inclusivo, LGTBI+ y mixto de Álava, un proyecto que en palabras de Sáez “trata de replicar el tipo de sociedad” en la que a sus integrantes les gustaría vivir. “Con personas gays, lesbianas, heterosexuales, bisexuales, no binarias... viviendo en paz”, subraya Sáez.
Ausencia de referentes
Con motivo de este 19-F, Miaukatuz ha elaborado un manifiesto en el que recuerda que el deporte “sigue siendo uno de los ámbitos menos inclusivos para las personas LGTBI+ y las mujeres” y que en pleno 2022 existen todavía “barreras sociales que impiden practicarlo de forma plena, segura y visible”. Y eso que, pese a los “prejuicios falsos y estereotipos de unos pocos”, el mundo del deporte “es todo un baluarte de valores positivos, ayuda mutua, afán de superación constante, compañerismo y lucha por objetivos comunes”.
“El fuerte machismo, instaurado en la sociedad en su conjunto, que tanto dolor produce con los casos de violencia de género y que además está fuertemente adherido al deporte, provoca la ausencia de referentes LGTBI+ en el mismo para la juventud y la infancia”, denuncia Miaukatuz. Un problema que, según el club, afecta de lleno a esta práctica “trascendental para el desarrollo de la personalidad y la transmisión de valores”.
En su afán por reivindicar “un deporte más igualitario, diverso e inclusivo con todas las personas”, Miaukatuz cree “necesario” que se aprueben medidas legales que “garanticen protección” a las víctimas de la LGTBI+fobia, “así como hacer obligatorio que desde el ámbito educativo se enseñe sobre las realidades sexuales y de género”. Miaukatuz también insta a deportistas y personal técnico a “denunciar, atajar y evitar” todos esos comportamientos LGTBI+fóbicos tristemente tan habituales para crear “una atmósfera igualitaria” en este ámbito y recuerda que en Gasteiz existe un Observatorio contra la LGTBI+fobia , Ikusgune, donde canalizar estas denuncias.
Esta última entidad, a través de Twitter, también ha rememorado este 19-F recordando que “a través del deporte se sigue promocionando la norma cisheterosexual” y poniendo el foco en que es “un espacio a conquistar” mediante la “visibilidad”.
Tras más de año y medio de parón motivado por la pandemia, Miaukatuz retomó los entrenamientos el pasado mes de septiembre y trabaja ya en recuperar el torneo inclusivo Sagardovolley, que vivirá su quinta edición el primer fin de semana completo de mayo. “Ha sido una alegría volver y estamos con muchas ganas”, reconoce Sáez. También ilusionada se muestra Mati Santos, jugadora del club, que durante todo este tiempo ha echado en falta el “contacto con la gente”. Santos pone en valor el trabajo por la plena inclusión que desarrolla el club en un contexto de “avances, pero muy lentos”.