- Tristeza y comprensión fueron las palabras más repetidas ayer por los protagonistas de las fiestas ante la suspensión de La Blanca anunciada por el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran. Tanto Celedón como blusas, neskas y hosteleros se lo esperaban después de que quedara cancelado San Fermín y, por tanto, no les sorprendió la decisión adoptada en las capitales vascas.
Ante el vacío que la plaza de la Virgen Blanca lucirá el 4 de agosto a las seis de la tarde, Gorka Ortiz de Urbina siente una “tristeza absoluta”, sin duda alguna, pero cita a los gasteiztarras para que en 2021 abarroten de nuevo la plaza. “Es una decisión dolorosa, pero acertada con la que está cayendo porque lo primero es la salud, que es de lo primero que nos acordamos cuando nos falta”, señala. Además, La Blanca no es como un partido de fútbol que se disputa a puerta cerrada sin público. Celedón no se imagina cruzar la Virgen Blanca sin la algarabía de los vitorianos y mucho menos manteniendo distancias de dos metros, ya que las jaias de Gasteiz son ante todo populares, se viven en la calle y concentran a miles y miles de blusas y neskas. Aun así, Gorka se vestirá de blusa el día 5 para celebrar el día de la patrona en familia. “El 4 tendremos que celebrarlo de forma individual, cada uno con los suyos, si se puede”, apela.
Similar comprensión expresa la presidenta de la Federación de blusas y neskas, Asun Ortiz. Es sanitaria en el Hospital Psiquiátrico así que la pandemia le ha tocado de lleno. “Tal y como está la situación, lo normal es que se suspendan las fiestas; no pasa nada porque existe una razón excepcional”, entiende. “Celebrarlas sería un suicidio”, considera. Además, está convencida de que más pronto que tarde habrá un rebrote del virus, por lo que apela a evitar cualquier tipo de aglomeración. ¿Pena? “Mucha” porque Asun lleva desde los 4 años enfundándose el traje de neska del 4 al 9 de agosto y festejando La Blanca con la cuadrilla de Los Bainas. La Federación de blusas y neskas aún no ha decidido si organizará algún acto alternativo a las fiestas porque “hay que ser cautos”, señala Asun con la vista ya puesta en preparar las fiestas de 2021.
La hostelería, tocada Por su parte, Juan Carlos Antolín, vicepresidente de SEA Hostelería, manifiesta que la suspensión de las fiestas de Vitoria era una noticia esperada, viendo la evolución de los acontecimientos. Aun así, no por ello deja de ser “muy negativa” para la hostelería de la ciudad. “El impacto económico de las fiestas es importante para este sector y la ausencia de festejos va a hacer mella, sin duda, sobre todo en un año tan dramático como está resultando 2020”, subraya Antolín. “No olvidemos que a esta noticia debemos sumar la suspensión de las fiestas patronales de San Prudencio y todos los eventos y la actividad congresual, entre otros eventos”, lamenta. Entiende la medida, como no podía ser de otra manera, por su origen en la crisis sanitaria que está teniendo lugar desde marzo. “Nuestro deseo es, al igual que el del resto de la ciudadanía, que finalice esta deriva lo antes posible”. No obstante, los hosteleros se mantienen a la espera de conocer los actos culturales alternativos y de menor dimensión que ha anunciado el Ayuntamiento de Vitoria, para saber en qué medida pueden paliar el efecto económico que la suspensión de las fiestas provocará en los bares y restaurante de la capital alavesa.
“Lo normal es que se suspendan las fiestas; no pasa nada porque existe una razón excepcional”
Presidenta Federación de blusas y neskas
“El deseo es, al igual que el del resto de la ciudadanía, que finalice esta deriva lo antes posible”
Vicepresidente de SEA Hostelería