- La verdad es que las niñas y niños con TDHA, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, "no lo están pasando nada bien, porque aparte de las dificultades de atención son hiperactivos. Si en general a todos nos está costando cumplir con el confinamiento estos niños están que se suben por las paredes". Así lo explica Anuska Caraballo Hernández, responsable de la Asociación de familias con niños y adolescentes con déficit de atención e hiperactividad (Afnadaho), una entidad que ha logrado desarrollar numerosas actividades que trascienden a la propia localidad de Oion y la comarca, siendo una referencia en Álava en el apoyo a los niños y a sus familias.
En estos momentos, en los que se respeta de manera mayoritaria el confinamiento, los padres de estos chavales consideran que "hay horas y horas. Y son muchas 24 horas sin salir para nada. Llega un momento que se te ofrecen para cualquier cosa: bajar la basura, ir a comprar el pan, para que les dé un poco el aire, pero los más pequeños lo tienen un poco más complicado".
En realidad, para determinados casos, como los afectados por autismo o con determinadas discapacidades, se han habilitado autorizaciones para que puedan salir a dar un paseo por la calle acompañados por una persona. Sin embargo, el TDHA no ha entrado en ese rango de permisos "pero se debería haber tenido en cuenta. En algunos medios de comunicación se ha planteado que se debería tener presente a estos niños, pero no se ha hecho. Bastaría con media hora en la calle para que salieran, chillaran, corrieran". Al no estar regulado, no solo los afectados lo pasan mal, el sufrimiento se extiende a la vida familiar, padres y hermanos. "Las familias no lo están viviendo nada bien. Es cierto que se les están poniendo tareas como si estuvieran en clase, según nos cuentan los padres, y se les organiza un horario con tiempo para estudiar, hacer deberes, ocio y juegos. Pero hora tras hora, tantos días, se les está haciendo muy pesado. Afortunadamente, al estar encima de ellos todo el día, por las noticias que nos llegan de los asociados, están consiguiendo que estén entretenidos".
Otro de los problemas que afrontan estas semanas es que las consultas especializadas están canceladas. Y no solo las externas. La asociación lleva a cabo numerosas actividades en las que colaboran una psicóloga, y los niños y adolescentes asisten a sesiones de psicomotricidad, "pero eso está anulado en estos momentos por completo. Hasta que no se levante el confinamiento no se puede hacer nada. Los tienen que tratar los padres" en sus casas e individualmente, ya que las actividades que se desarrollaban eran grupales y ahora no están permitidas.
La suerte es que al mantener tan estrecha relación los niños, los padres y la psicóloga, en estos momentos se pueden seguir las pautas individualmente, en cada casa "y vamos lidiando con ello. Les suelo preguntar estas semanas cómo lo llevan y, más o menos, las familias lo están haciendo muy bien".
Afnadaho se puso en marcha en el año 2011, pero desde dos años antes, como sigue desvelando Caraballo, "ya nos reuníamos algunas familias. Se sienten contentos y afortunados por el ritmo de trabajo y porque cuentan con profesionales que les están ayudando, como la psicóloga, el servicio de psicomotricidad, un osteópata que están volcados con la asociación". El resultado es que mayoritariamente los niños y adolescentes están integrados y participan en igualdad de condiciones en todas las actividades de sus edades. "Hay niños y niños", matiza Caraballo, "porque no a todos les gusta juntarse con muchas personas y pasan más tiempo en casa. Pero la mayoría tienen sus cuadrillas o están en asociaciones o actividades sociales". Por eso, la única reclamación en estos momentos por parte de Afnadaho "es que puedan salir un rato al día a la calle. Coger el aire, correr, chillar, subirse al monte. Con media hora o una hora sería suficiente".
El TDHA es un trastorno que en la inmensa mayoría de las veces se simplifica desde el desconocimiento en que "son niños traviesos", "despistados", "no atienden en clase y siempre se están moviendo" y otras lindezas que terminan en castigos o con un lugar en una esquina de la clase. Pero lo cierto es que se trata de un trastorno que una vez diagnosticado, con tratamiento y paciencia en las familias y las escuelas se puede superar sin mayores complicaciones. Pero esas soluciones tan sencillas no siempre encuentran la complicidad y apoyo de los sectores más conservadores del profesorado en general, aunque Oion es una excepción en ese sentido.
La cuestión es que "no todos los profesores están asumiendo estos trastornos. Se va teniendo en cuenta muy poco a poco. Está costando mucho y nos va a costar".
2011
Es la fecha en la que se creó y empezó a funcionar la asociación Afnadaho, con sede en Oion, pero referencia en la atención de niños con TDHA en el conjunto del territorio histórico de Álava.