os productores locales que plantaron sus mercancías bajo la pérgola de la plaza de Santa Bárbara ya percibieron desde primera hora de la mañana una gran presencia de compradores que se arremolinaban en torno a sus puestos. El mercado de ayer fue el primero tras la extraña decisión del Gobierno Vasco de la semana pasada, que lo prohibió el miércoles y revocó su decisión apenas 72 horas después para volver a permitir su celebración. Como si de un homenaje de la clientela gasteiztarra al sector primario se tratara empezaron a aflorar por cada una de las cuatro esquinas de la plaza.

Poco antes de las once de la mañana, el gentío era ya notable en el amplio corredor peatonal en el que se ha convertido ahora la calle Postas. Ordenados en interminables hileras de personal los vitorianos, ataviados con sus mascarillas y guantes correspondientes, aguardaban turno para hacerse con los dulces de Mañeko, la verdura de Mendavia o el vino de Rioja, como parte de las viandas que ayer estaban presentes bajo el icónico elemento de la remozada plaza. Tal concentración de personal, con el estado de alarma vigente desde hace un mes, motivó que hasta cinco coches patrulla de la Ertzaintza y Policía Local se acercaran para tratar de ordenar todavía más el comportamiento ejemplar de los clientes.

Se organizaron filas que alcanzaron la esquina de la calle La Paz, con el correspondiente metro y medio de separación de los ávidos compradores. Algún momento de tensión también se produjo entre los agentes de la autoridad y los productores en el intento de reconducir una marea de gente poco habitual en este mes de restricciones. Las palabras de asombro salían de la boca de un matrimonio de productores de vino riojano. Su familiar bodega tiene en Gasteiz el punto donde vende toda la producción anual. Haberse quedado sin la opción de venir al mercado de la capital, hubiera supuesto un notable quebranto a su economía. Son habituales de estos mercados, tanto en Santa Bárbara como en los ahora prohibidos de Lakua y Simón Bolívar.

La repentina decisión del pasado miércoles pilló totalmente desprevenidos a estos productores, que ni siquiera tuvieron la posibilidad de recopilar el teléfono de la clientela para haberles servido el pedido en su domicilio. Sin embargo, algún catador habitual de sus vinos ya había contactado con el Ayuntamiento de la localidad de donde son originarios para solicitar su número de teléfono y poderles contactar.

Hubo vendedores como los navarros Olga y Luis que, la misma tarde del miércoles, tras cancelar inicialmente el mercado ya difundieron a través de redes sociales un mensaje en el que admitían pedidos para dar salida a sus alcachofas y espárragos de Mendavia en una época donde la recolección está en pleno apogeo. Afortunadamente no fue necesario recurrir a esa vía de pedidos a través de Whatsapp y ayer estuvieron con su verdura recién cortada y dispuesta como homenaje a la clientela gasteiztarra. Tras esta exitosa edición del mercado de ayer, mañana de nuevo volverán a plantarse bajo la pérgola de Santa Bárbara.