- Es doctor en veterinaria, profesor de la Universidad de Zaragoza y director del Centro de Enfermedades Emergentes. Desde Zaragoza, Juan José Badiola estudia lo que está ocurriendo en Vitoria y asegura que esta ciudad se está convirtiendo en "un referente" para saber cómo actuar y combatir al Covid-19 en caso de que se propague por el Estado de la manera que ha golpeado ya a la Comunidad Autónoma Vasca.

Cuando se habló por primera vez del coronavirus, parecía lejano. En China, ni tan siquiera en Europa. Pero en pocos días llegó y ha tumbado a Vitoria. ¿Qué valoración hace usted?

-China es la fábrica del mundo, si esto hubiera ocurrido en la África profunda no hubiera tenido esta consecuencia, pero a China va mucha gente. Era cuestión de tiempo, de pocos días, que llegara a Europa y a España. Por eso se recomienda que todos hagamos esa cosa tan curiosa que es el distanciamiento interpersonal. Es la hora de los ciudadanos. No debemos ir a aglomeraciones, ni a sitios donde haya espacios cerrados. Es lo que podemos y debemos hacer. Pero vamos a ver cómo respondemos a esta medida. Vacunas no tenemos, el virus no sabemos todavía cómo se comporta, sabemos algo pero no todo... Lo que podemos hacer es evitar contagios. Aunque aquí hay otro problema. ¿Sabes que es lo que pasa?

¿Qué?

-Que hay un número apreciable de personas que están contagiadas y no lo saben. Eso es fruto de que muchas personas experimentan síntomas muy leves y no toma medidas. Algunos pensaran, de hecho, que no es nada. No todo el mundo no está concienciado, sobre todo la gente joven, se lo toman con menos intensidad. Pero aunque no sepan que están infectados son transmisores. Estamos ante un escenario que no se sabe quién está infectado y quién no. ¿Una persona que se encuentra mal pero leve y no sabe que tiene coronavirus crees que se va a poner en cuarentena? Pues no, pero está contagiando. ¿Cuántos hay? ¿Quiénes son? Es imposible saberlo. ¿Qué podemos hacer contra eso? Es difícil saberlo, pero yo creo que lo que estamos haciendo.

Y si esa persona infectada que ni sabe que lo está, toca un bolígrafo y otra va detrás y lo coge... ¿También se contagia?

-Sí. El contagio es por los sistemas tradicionales. Si un infectado tose y con esa mano toca cualquier objeto, ese objeto ya tiene virus. Puede ser suficiente con toser. También se contagia por tocar superficies que haya tocado una persona infectada.

Por ejemplo, en los transportes públicos.

-Sí. Es un ejemplo y también se puede contagiar ahí. También en el metro, trenes, hasta en taxis. Pero tenemos que tomar nuestras medidas; tomar distancia entre unos y otros, lavarnos las manos...

Pero en Álava aún tomando medidas sociales se está dando una cadena de contagios y aumenta día a día el número los infectados.

-Y puede pasar en cualquier lado. Ayer (por el jueves) en Catalunya. Vitoria es un comienzo, pero habrá muchos Vitorias. Lo que tenemos que evitar es lo que ha ocurrido en Italia. Lo que no debió ocurrir nunca.

¿Que se les fue de las manos?

-Claro. Creo que hubo un problema de mala comunicación. Estaba en China el problema y lo vieron lejos. Un buen día llegó. Los italianos se asustaron, los españoles también porque vimos que el problema venía directamente contra nosotros. Pero esa alarma fue inicial porque las autoridades y los medios de comunicación dijeron que era poca cosa, como una gripe y le quitaron importancia. Y eso ha sido un mensaje de aquí no pasa nada, esto tiene poca importancia. Y la gente continuó haciendo su vida normal y eso ha traído muy malas consecuencias. En Italia hay 14.000 infectados y un número elevado de muertes. Espero que aquí no ocurra eso, pero como no tomemos medidas y no seamos capaces de controlar la epidemia, puede ocurrir.

¿Estamos a tiempo de no acabar como ellos?

-Sí, aunque vamos un poco tarde.

¿Cree que las medidas del Gobierno Vasco y el Gobierno central llegan a tiempo y son efectivas?

-Creo que como en el País Vasco estáis teniendo problemas serios no les ha quedado más remedio que tomar medidas duras. En otras partes se han tomado medidas mucho más blandas. El mensaje que yo di desde el inicio no se quiso tomar en serio y al final ha sido un gran problema. El miedo de la autoridad es que esto que ha pasado en Vitoria empiece a pasar en otros lugares de España y se convierta en una situación francamente incontrolable. En Italia han tenido que cerrar el país, medidas extremas.

Aquí ya se empiezan a tomar medidas extremas también. Sin embargo, se pide a la ciudadanía que se mantenga en sus hogares pero se sigue permitiendo acudir a puestos de trabajo, donde entre compañeros también existe el riesgo. ¿No es ilógico?

-Efectivamente puede haber riesgo. Aunque hay empresas que ya empiezan a aplicar el teletrabajo.

Pero en Araba hay muchas empresas que no podrán trabajar desde casa.

-Pues sí, hay trabajos que son complicados hacer de esa manera. En China sí que es más fácil. Porque son muy disciplinados y porque es una dictadura. Pero yo pienso que lo importante es lograr la colaboración ciudadana. Ya sé que esto parece una utopía pero hace falta que tomemos las medidas que nos han recomendando. Hay alternativas. Y en espacios libres si estás separado de la gente no es peligroso. Lo peor sí son los espacios cerrados. Creo mucho en la colaboración social. Aunque pienses que soy un ingenuo. Pero en Vitoria ya habéis visto las orejas al lobo.

Por su dilatada experiencia, usted conoce las dinámicas de las crisis y por ello el Ayuntamiento de Zaragoza le ha llamado para que les ayude. ¿Qué medidas les está recomendando que tomen? ¿Recomendaría diferentes en Euskadi?

-Las medidas que ofrezco de momento me están haciendo caso, aunque yo tengo el criterio técnico y científico pero no el político. Y lo que más intento que la ciudadanía esté concienciada para poder colaborar. Yo estoy recomendando que se limite el número de pasajeros en el autobuses, por ejemplo. También los estamos desinfectando a fondo todas las noches. Estoy recomendado lo que estáis haciendo en Vitoria, vais por delante.

Se está dando un fenómeno nuevos estos días y es que muchos vitorianos y madrileñas huyen a sus pueblos. ¿Le parece una buena medida?

-Es verdad que al cancelar las clases ha habido familias que se han marchado. Hay un caso de un madrileño que se ha ido a su pueblo, y ya ha aparecido un infectado. En el pueblo no estarán muy contentos con la llegada de este señor. Tal vez, creo que lo mejor es que nos quedemos en nuestra casa. Los mayores que den un paseo y después en sus casas. ¿En las casas también hay muchas cosas que hacer no? Podemos leer el periódico, un libro, ver la tele.

Me habla de personas mayores y en general se habla de ellos, pero en los hospitales también hay jóvenes intubados.

-Sí, también hay jóvenes. Pero de carácter general, sí que parece ser que los datos dicen que la mayoría de las personas que tienen evolución de agravamiento son mayores. Pero también hay gente de edad joven y adultos que pueden estar graves. Entre otras cosas, porque pueden tener procesos cardiovasculares crónicos o procesos respiratorios crónicos como asma o Epoc.

Muchos coches que se conducen solos, móviles que se desbloquean con mirarlos... Y parece que no somos capaces de parar un virus que asola el mundo y nos va ganando el pulso.

-Estoy de acuerdo. El desarrollo es muy beneficioso para el comercio pero tiene una cara desfavorable que son los problemas sanitarios.

¿Cuándo cree remitirá el virus?

-Yo creo que a mediados o finales de abril. Tal vez en País vasco antes.

La comunidad china en Vitoria se ha puesto sola en cuarentena. ¿Tendríamos que copiar de ellos?

-Son muy disciplinados. Nosotros no somos iguales, nos cuesta adoptar esas medidas.

¿Tiene miedo?

-No. Estoy sensibilizado y concienciado.