Laguardia - Por vez primera, las bodegas de la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja van a ser protagonistas de la calificación de los vinos a través de un procedimiento aprobado por el Consejo Regulador, que es el órgano de gestión y gobierno de la citada enseña. Hasta ahora, los elaboradores enviaban las botellas a los servicios técnicos y éstos, con sus medios y los paneles de cata, realizaban la valoración.

Sin embargo, desde este año, el cambio fundamental es que la bodega productora de vino debe tener un sistema de autocontrol documentado, lo que significa una trazabilidad completa desde la explotación de viñedo a la botella, según explican desde Laboratorios Excell, la forma más activa en cuanto, a la asistencia técnica a vitivinicultores del Rioja y de otras denominaciones.

Serán las bodegas entonces las que tengan que acreditar que su vino es Rioja. Por ello, la calificación del vino pasa a llamarse verificación de su actitud y deberá solicitarla todos los operadores inscritos en el Consejo Regulador. Este procedimiento es aplicable a todos los productos elaborados por operadores inscritos en el Consejo Regulador que soliciten la certificación de producto Denominación de Origen Calificada Rioja.

Este cambio se debe a la aplicación de la Ley 6/2015 de 12 de mayo de denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas del ámbito territorial supraautonómico. Para que la bodega realice su proceso de autocontrol de sus partidas y certificar que sus vinos cumplen con los requisitos del pliego de condiciones y, por ende, pueden ser marcados como Rioja, deben pasar por dos fases. En la primera, momento en el que el vino recién finaliza el proceso fermentativo, es cuando se realiza la autoevaluación hasta obtener la declaración de aptitud realizada por la bodega. La autoevaluación consiste en realizar sobre todas las partidas de vino un ensayo físico-químico y organoléptico. Posteriormente se realiza la fase 2, que es cuando el vino final está dispuesto para comercializarse. Corresponde al periodo de tiempo comprendido desde la declaración de aptitud hasta el consumo del vino, momento en el que se completa la ficha de trazabilidad. Ambos procesos los pueden realizar laboratorios certificados, como Excell, utilizando las metodologías oficiales de la Organización Internacional del Vino y los análisis mediante el uso de la ficha de cata que utiliza el panel de cata Oficial del Consejo Regulador, realizada por personal experto entrenados en vinos.

Después deben solicitar al Consejo Regulador la verificación que permita certificar como Rioja la partida de vino a la que corresponda cada muestra. Este es el momento en el que se realiza la parte del proceso de calificación tal como se ha venido haciendo tradicionalmente, es decir, mediante la toma de muestras en bodega por los veedores del Consejo, análisis químico en los laboratorios oficiales y análisis organoléptico por parte de los comités de cata del Consejo.

Previsiblemente a primeros de abril, como suele ser habitual, se conocerá la calificación de los vinos de la vendimia 2019, que se vienen ponderando desde todas las instancias como "extraordinarios".

Presentación de la Ruta del vino En otro orden de cosas, la presidenta de la Ruta del Vino de Rioja Alavesa, María de Simón, ha dado inicio a un programa de presentaciones en la que desgranarán la evolución y crecimiento de esta iniciativa turística durante estos 15 años que se celebrará con un intenso programa a lo largo de este año 2020 . En palabras de la citada, "el 15 aniversario es todo un reto porque queremos poner a Rioja Alavesa en el centro de todo". Así lo dijo ayer la presidenta de esta entidad, recordando que han sido "15 años de trabajo, de emociones y de liderazgo. 15 años de enoturismo, de encuentros, propuestas, actividades y acciones, poniendo en valor una comarca donde se vive intensamente, de forma auténtica y donde las experiencias y las sensaciones que el viajero descubre y comparte son la seña de identidad de un proyecto que es una realidad consolidada y que celebra su 15 aniversario".

Y lo hace con más fuerza que nunca y con un ambicioso plan de promoción a nivel nacional que busca la consolidación de la Ruta del Vino de Rioja Alavesa en territorios emisores, fortaleciendo la marca y la puesta en valor de sus recursos, acciones, eventos y potencialidades que la convierten en una propuesta diferente global para cualquier tipo de viajero.

Este programa, que forma parte de una ambiciosa estrategia de promoción, comunicación y marketing para 2020, ha comenzado su andadura por el territorio nacional con una presentación en Madrid en la que han estado presentes María de Simón; Juanma Lavín, miembro de la Junta Directiva; y su gerente, María Jiménez, poniendo sobre la mesa los valores de la Ruta, sus recursos turísticos, su gastronomía y analizando el pasado, presente y futuro de una ruta que está de celebración.

Para María de Simón, "aún quedan muchos objetivos por cumplir después de lo hecho en los últimos años. El 15 aniversario es todo un reto porque nuestra intención es situar a la Ruta en el centro de todo". Según la presidenta de la Ruta, "uno de los proyectos más importantes y novedosos es dar a conocer Rioja Alavesa con nuestra presencia a nivel nacional e internacional. Queremos mantener todos los proyectos -como el Foro de Comunicación del 18 y 19 de noviembre-, seguir comprometidos con el turismo inclusivo e incluir a más socios en esta gran aventura".

Según Lavín, "la generosidad de la gente ha logrado que pudiéramos trabajar todos juntos para hacer la Ruta tal y como es, para hacer experiencias memorables. Tenemos a 300.000 visitantes censados en bodegas y museos, de los cuales el 30% son de carácter internacional. Lo que siempre hemos intentado es que la relación calidad/precio sea óptima". Para Jiménez "la formación es imprescindible para ser competitivos. Por ello decidimos empezar con Añada Conocimiento que se aúna en Enoconocimiento.com. Además, en 2018 logramos la certificación Biosphere y fue precioso porque se involucró muchísima gente y asociaciones".

Ordenación urbanística. El Ayuntamiento de Leza ha comprometido parte de su presupuesto para el año 2020 para la redacción del nuevo Plan General, así como un estudio que sirva para el desarrollo socioeconómico de la localidad de cara a los próximos años, según ha informado su alcalde, José Antonio Suso. Con un montante de gastos de 563.384,59 euros la capacidad financiera para realizar inversiones "es bastante limitada". Aún así se ha previsto un gasto de 280.212,11 euros para el capítulo inversor que se destinará a proyectos contemplados en el Plan Foral de Obras y en peticiones de ayuda a otras instituciones. En cuanto a otros gastos, se contemplan 74.000 euros para continuar con la redacción del Plan General y otros 30.000 euros para hacer un estudio del desarrollo en los próximos años de Leza. Finalmente destacaba que se mantienen todas las partidas de apoyo a las asociaciones locales para el desarrollo de actividades dirigidas a la población.

Inversiones. Con alrededor de 200 habitantes, la villa de Navaridas ha programado para este año actuaciones a través de Plan Foral, el de Obras Menores, el de Veredas y el de desarrollo de la Agenda 2030. También pretende continuar con los proyectos contemplados en el programa Bodegas, cultura, sociedad. En cuanto al Plan foral 2020-2021 se pretende la renovación de infraestructuras urbanas y pavimentación de calles Vitoria y La Pila. Estas calles son viales que se localizan en pleno centro de la villa encontrándose con pavimentaciones muy deterioradas, con diversas deficiencias y parcheos que dificultan el tránsito peatonal y el consiguiente riesgo de caídas. Los desniveles, baches y desperfectos detectados se deben precisamente a las continuas reparaciones realizadas de las fugas y malfuncionamientos de las redes de saneamiento y abastecimiento de agua. Problemas, que además han dado pie a la aparición de humedades en el interior de viviendas.

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