iruña oka - La Universidad del País Vasco (UPV/EHU) lleva meses trabajando en valorar la idoneidad de establecer en un edificio de Nanclares de la Oca, propiedad de la Junta Administrativa, un centro de investigación ictiológica, una granja para la reproducción de peces de río, especialmente los autóctonos de Álava, que pueda estar al servicio de la repoblación e incluso del rescate de algunos ejemplares que empiezan a escasear, como es el caso de la anguila.
La idea de poner en marcha este proyecto, al que todavía le quedan flecos importantes, como es la compra del complejo que se va a utilizar, vino porque se juntaron dos factores clave. Por un lado, la existencia de una enorme fábrica de encurtidos que no llegó a funcionar nunca, y que por lo tanto no padece ningún problema de contaminación, y, por otro, la fortuna de contar en el centro del pueblo, a escasos metros del edificio, con la surgencia de Subijana, un gran manantial de agua pura que dio pie hace años a construir un precioso estanque, en el que vive una colonia de ocas, y hasta un molino, construido en el año 1887 por Vicente Gangutia, donde con la fuerza de caudal del río, trituraba la piedra que extraía de un terreno en Peñalba y la dejaba lista para la extracción de la cal. De hecho, el edificio que tenía el horno para la cal, El Calero, está al lado como una coqueta torre. Este molino, ya rehabilitado para evitar su ruina, será en su día la biblioteca municipal, oficinas y contará con un espacio destinado a información turística del municipio.
características El edificio, diseñado inicialmente para la empresa Industrias Quintana, cuya finalidad era el encurtido de pieles, tiene dos plantas y bajocubierta, con 1.813 metros cuadrados útiles. En la planta baja dispone de un total de 18 piscinas, las bañeras planificadas para el tratamiento y coloración de las pieles, que no se llegaron a utilizar nunca. De hecho, en ese lugar aún quedan restos de la obra que se llevó a cabo y hasta material de construcción que no fue retirado. Esas bañeras, además, tienen la posibilidad de estar conectadas a la surgencia de Subijana, con lo que la necesaria calidad del agua para poder criar los peces estaría garantizada, así como la correcta depuración de las aguas utilizadas que finalmente irían a parar al Zadorra a través del arroyo del Piojo que pasa por un lateral del edificio.
Con esas infraestructuras, el hasta ahora alcalde de Iruña Oka, José Javier Martínez, comenzó a empujar el proyecto como una instalación para la cría de peces de río, una piscifactoría, algo de lo que carece no solo Álava, sino el País Vasco. Y la primera gestión se llevó a cabo a través de la Diputación Foral de Álava, que señaló que esa instalación podía tener muchos más valores de los inicialmente propuestos. Es decir, que se convirtiera en un centro de investigación como un referente para Euskadi. Por eso, en primer término, se habló con la universidad, donde, como con todos los proyectos innovadores, inmediatamente comprometió su implicación para que pudiera ser una realidad.
Tras el compromiso de la Diputación y de la UPV llegó el de IHOBE, la sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno Vasco, que, para comenzar, concedió una subvención de 25.000 euros, a través del programa Berringurumena de la red Udalsarea-Ayuntamientos, unos fondos con los que se han podido realizar los estudios previos para incorporarlos al diseño futuro de lo que se pretende hacer. Y es que el proyecto nacía con un problema importante, como era la inexistencia de planos de las instalaciones, y por esa razón no se podía saber cómo funcionaban las piscinas. De esta manera, el primer gasto fue encargar un estudio a una ingeniería para conocer su funcionamiento para incorporarlo al estudio definitivo.
Con el mismo dinero concedido por IHOBE, se encargó otro estudio para valorar la eficiencia energética del edificio. Junto a estos trabajos se encargó otro informe sobre el entorno, porque la idea sería no trabajar solo el edificio, sino acompañado de las zonas naturales que hay alrededor, donde se podrían impulsar otros parámetros, como sería el rescatar la cultura y las tradiciones pesqueras que se han desarrollado desde tiempos inmemoriales en la zona.
Esos tres estudios se han incorporado a la mesa de trabajo que tiene que ir desarrollando el proyecto, donde se deberán valorar las inversiones necesarias para esas infraestructuras, a las que se tendrá que sumar el valor del edificio para abonárselo a la Junta Administrativa y la adecuación del interior para los objetivos que se están proponiendo.
reparto de tareas De esta manera, el pequeño proyecto con el que nació la idea se ha ido transformando en un catálogo de propuestas de investigación. Con la UPV se trabaja ya en la investigación de aguas continentales, así como de la vida que en ellas pueda haber o la recuperación de riberas contaminadas. Con la Diputación se pueden desarrollar iniciativas de recuperación de especies autóctonas que están en riesgo de extinción, con las que se puedan repoblar los ríos alaveses e incluso a todos los ríos de CAV.
A esa labor de investigación se suman las de educación y formación, una posibilidad ya hablada con el Gobierno Vasco, que facilitaría formar en educación ambiental a todos los visitantes que quisieran conocer las instalaciones para poner en valor los ríos vascos y la importancia que tienen para mantener la calidad medioambiental del territorio.
Por eso, también planea desarrollar lo que llaman una tercera pata. "Hemos hablado de investigación y de reproducción y también podríamos hablar de divulgación. Desde el Ayuntamiento promoveríamos su conocimiento entre colegios, institutos, para convertir a Nanclares en un referente en cuanto a este tipo de actividades, que la gente pueda venir a conocer una cosa más de las que vamos teniendo", apuntan desde el Consistorio. La realidad es que no existe ninguna instalación de estas características en el País Vasco, excepto en Plenzia, donde hay un lugar de investigación de aguas marinas, también gestionado por la UPV. Por eso, de lo que se trata es de replicar lo que hay en la costa, pero en el interior, para dedicarlo a la fauna de las aguas dulces, a su investigación y a la formación.
Todo tendrá un coste, pero en este caso se busca también una rentabilidad para poder sufragarlo. En la cabeza de los organizadores de esta iniciativa se baraja la idea de que en el centro de investigación habrá dos funciones básicas con los peces. Por un lado la Diputación se encargaría de la cría para la repoblación de especies, como por ejemplo anguilas y otros peces, no solo de los ríos de Álava sino también de los ríos de Euskadi, que tengan especies en peligro de extinción, como el cangrejo autóctono, para luego repoblar. Por otra parte los investigadores contarán con espacios para realizar los estudios que necesiten.
De esta manera, este centro se podría convertir en el suministrador de peces y fauna autóctona para repoblar y "si las cosas fueran bien y cogiera la dimensión que estamos buscando podría llegar a asesorar a diferentes empresas del sector privado que se dedican a la piscicultura o a la cría para la venta de peces", remarcan.
El proyecto. La Universidad del País Vasco (UPV/EHU) lleva meses trabajando en valorar la idoneidad de establecer en un edificio de Nanclares de la Oca, propiedad de la Junta Administrativa, un centro de investigación ictiológica, una 'granja' para la reproducción de peces de río, especialmente los autóctonos de Álava, que pueda estar al servicio de la repoblación e incluso del rescate de algunos ejemplares que empiezan a escasear, como es el caso de la anguila.
Fa ctores. La idea de poner en marcha este proyecto, al que todavía le quedan flecos importantes, como es la compra del complejo que se va a utilizar, partió de dos factores clave: La existencia de una enorme fábrica de encurtidos que no llegó a funcionar nunca, y que ello no padece ningún problema de contaminación, y la fortuna de contar en el centro del pueblo con la surgencia de Subijana, un gran manantial de agua pura.
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'Piscinas' tiene en su interior el edificio planificado como encurtidora.