vitoria - Doctora en Farmacia e investigadora madrileña, Arechederra se instaló en Pampona hace alrededor de año y medio con una beca de la AECC para unirse al grupo que lidera Carmen Berasain en el Centro de investigación médica aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra. Ambas son ahora las investigadoras principales de un proyecto que trata de desentrañar la importancia de la proteína SLU7 en el desarrollo de las células tumorales que causan el cáncer de hígado y que echó a andar en diciembre del año pasado. El equipo, del que también forman parte tres estudiantes de doctorado y dos técnicos, estará hoy al completo en la V Marcha contra el cáncer de Vitoria, que volverá a destinar su recaudación a este proyecto.
¿En qué fase de su proyecto se encuentran a día de hoy?
-La base del proyecto es que las células tumorales tienen un cierto nivel de proteína SLU7 y que ésta es necesaria para su supervivencia. Y lo que queremos hacer ahora es entender por qué esta proteína es tan importante y los mecanismos que hacen que esas células tumorales vivan. Si comprendemos ambas cosas, vamos a ser capaces de usar esta proteína como diana terapéutica e intentar combatir el cáncer. Llevamos ya un año con este proyecto, que es para un total de cuatro, y hemos logrado bastantes avances. Estamos muy contentas con los resultados. Hemos demostrado que la proteína es necesaria para que las células se dividan y el tumor pueda expandirse. Cuando les quitamos SLU7, las células no pueden dividirse correctamente, se quedan atrapadas y se mueren.
¿Han realizado ya ensayos clínicos con pacientes?
-Todavía no. Hasta el momento hemos trabajado sólo con células en el laboratorio y ahora mismo vamos a pasar a modelos animales. Éste es el siguiente paso. El ensayo clínico está un poco lejos. Aunque a futuro nos gustaría lograr una aplicación para el nuevo conocimiento que estamos generando, somos investigadores y tampoco podemos dar falsas esperanzas.
Por desgracia, además, el cáncer de hígado tiene uno de los peores pronósticos.
-Sí. Tiene una incidencia bastante alta a nivel mundial, pero no cuenta con un tratamiento eficaz a día de hoy. Creo que es el sexto cáncer más común, pero la segunda causa de muerte por cáncer. Hay una ventaja, que si se detecta en estadíos tempranos se puede eliminar con cirugía la parte del hígado que esté afectada por el tumor, porque el órgano se puede regenerar solo en muy poco tiempo. El problema es que este cáncer no suele dar síntomas en estadíos precoces. Y cuando los pacientes van al hospital, lo suelen tener avanzado. En estos casos ya no se puede eliminar el tumor, porque está muy extendido por todo el hígado, y tampoco hay una quimio o una radioterapia que sea eficaz.
¿Cuál es perfil del paciente con cáncer de hígado y sus principales factores del riesgo?
-Más o menos la media de edad ronda los 70 años y tiene mayor incidencia entre los hombres. Los típicos factores de riesgo son los virus de la hepatitis B y C y el alcohol, pero además están aumentando muchísimo los casos asociados a la obesidad, al famoso hígado graso.
De forma más general, ¿cómo ve el presente y el futuro más inmediato en la lucha contra el cáncer?
-Se está avanzando muchísimo a día de hoy y, si no me equivoco, la supervivencia en cáncer global está ahora mismo en el 53%. Y la idea es llegar hasta el 70% para 2030, que no falta tanto. Los nuevos tratamientos que están saliendo, como la inmunoterapia, están haciendo que muchos pacientes que antes no eran tratables ahora sí lo sean. Además, las terapias son más dirigidas y personalizadas, lo que permite reducir los efectos secundarios. Por todo esto, tenemos más opciones de que el paciente individual, independientemente del tipo de tumor que tenga, quizá no sea curado, pero logremos cronificar el cáncer.