Agurain- Un año más, Agurain, pueblo de tradiciones, cumplió con todas y cada una de las expectativas depositadas en el chupinazo. Música, ruido y cientos de personas en la plaza del Ayuntamiento y la calle Zapatari que aprovecharon el petardo inicial del ciclo festivo para brindar por todo lo alto. Ander Iriarte, en nombre de Naizen, la Asociación de Menores Transexuales de Euskadi, fue el encargado de prender desde la balconada del Ayuntamiento el cohete anunciador de las Fiestas de la Virgen del Rosario, ante una plaza consistorial en la que se congregaron cientos de personas atraídas por la algarabía festiva. De esta forma, se ha daba inicio a una semana de actos populares, religiosos y musicales que concluirá con la traca final el próximo domingo 13. La plaza del Ayuntamiento se convirtió en un auténtico hervidero de gente en torno a las 18.30 momento en que daba comienzo el homenaje a las personas que este año han lanzado el txupinazo. Ataviados con sus mejores galas no dudaron en acompañar a la corporación en la escalinata de las inmediaciones de la Casa Consistorial para ser agasajados con los bailes de jeiki dantza taldea.

Este año el Consistorio ha elegido la propuesta presentada por los vecinos de homenajear a Ander Iriarte, vecino de Agurain, miembro de Naizen por “su valentía al enfrentar su transexualidad y la madurez demostrada por Ander en el tránsito, lo que a buen seguro servirá de ejemplo y ayuda a otros casos de menores transexuales que pudieran darse en el municipio”, según el alcalde Ernesto Sainz Lanchares. Además destacó que “con esta elección también se ha querido reconocer, de manera indirecta, a todos aquellos vecinos y vecinas que “con su actitud han respetado y normalizado la transexualidad de Ander. Cuando apenas faltaban unos minutos para que el cohete surcara el cielo aguraindarra los nervios y la ilusión se adueñaban de los que se agolpaban bajo el balcón consistorial. “Tenemos muchas ganas de fiesta”, comentaba un grupo de jovencitas que portaban botellas de champán. A su lado, un grupo de parejas talluditas charlaban animadamente sobre el inicio festivo. “Nosotros aquí estamos bien, la fiesta es para los jóvenes”, comentaban entre risas.

Caluroso, multitudinario y limpio. Esos son los adjetivos que mejor definen lo acontecido por la tarde de ayer en Agurain cuando todo el pueblo se echó en masa a la calle para dar el pistoletazo de salida a las fiestas patronales de la Virgen del Rosario. Con la punta incandescente de un cigarro Ander encendió la mecha del petardo. El cohete voló y la fiesta se convirtió en la reina de Agurain.

Saltos, brincos y cánticos de blusas y neskas convirtieron la plaza en un auténtico polvorín festivo. Tras el estallido del txupin los aguraindarras, con sus txarangas, iniciaron un recorrido por el centro urbano, para insuflar con sus acordes más alegría si cabe al auténtico jolgorio que se había desatado ya en la localidad de la Lautada. No en vano, los mozos y mozas de más de una veintena de cuadrillas locales, acompañados de vecinos, foráneos, las txaranga y los gigantes, así como de la banda de música local, se sumergieron en el tradicional peregrinar por los diferentes espacios festivos del Casco Histórico de Agurain. Los fiesteros comenzaron a dispersarse; unos al recinto de las barracas de la plaza Joan de Lazarraga, otros a las txosnas, muchos a los bares. Mientras tanto, las cuadrillas se desperdigaron por el Casco Histórico para dar rienda suelta a la celebración.