Vitoria - En octubre de 2018, la ONU avisó de que en 2030 se alcanzaría el punto de no retorno del planeta. Apenas un par de meses antes de este aviso, el 18 de agosto, Greta Thunberg, la activista climática de 16 años, se puso frente al Parlamento sueco para exigir una respuesta ante el cambio climático, tal y como pidió este mismo lunes en la cumbre de Naciones Unidas. “Yo no debería estar aquí, debería estar en la escuela, al otro lado del océano. Me habéis robado mis sueños y mi juventud con vuestras palabras vacías”, denunció en su emocionante discurso en Nueva York. Inspirados por las protestas de esta adolescente, nació un movimiento global de jóvenes, llamado Fridays for future, que reclama medidas urgentes contra esta situación de emergencia climática, mediante diversas acciones, como sus ya clásicas concentraciones de los Viernes para el futuro o la primera huelga verde de la historia convocada para este mismo viernes en multitud de países.
En el caso de Vitoria, el relevo de este grupo lo han tomado una quincena de estudiantes, como Ainara García (18 años), que el pasado año acabó el Bachillerato, y que, como dice, lleva “apenas unas semanas” en este colectivo, en concreto, desde septiembre, mientras que Hodei Rodríguez (24), que tiene la carrera de Matemáticas y acaba de terminar el máster de profesor de Secundaria, y Luca Sarobe (18), estudiante de segundo de Ciencias Ambientales, lo hacen desde marzo, cuando comenzó Fridays for future Gasteiz. “Creamos el movimiento porque hacía falta exigir medidas contra el cambio climático porque se está haciendo muy poco y lo que se hace es insuficiente”, explica Rodríguez. Y, como puntualiza García, “hay gente sufriendo y las consecuencias son devastadoras. Creo que tenemos la responsabilidad de hacer algo, teniendo en cuenta que tenemos el privilegio de dar voz a personas que ahora mismo no lo tienen. Y eso ahora mismo es muy importante porque la ciudadanía suele verlo como un problema climático, en vez de algo más social”. Y eso que, como censuran, “los países ricos son los que más contaminan y dentro de ellos, la gente rica es la que más los emite, y África, por ejemplo, va a sufrir unas consecuencias devastadoras, con grandes sequías y catástrofes naturales por causa del cambio climático, cuando es el continente que menos emite”.
Para poner cartas en el asunto, empezaron a reunirse en la biblioteca ecológica Gaia, de Dendaraba, que se empezó a crear en 1978 y que actualmente cuenta con un fondo elegido basándose en el concepto de ecología como equilibrio entre el ser humano y lo que le rodea. Allí, por ejemplo, es donde decidieron hacer concentraciones los viernes, además de organizar una recogida de basuras, charlas y hasta una marcha a Guereña contra el dique de Zaia.
taller de carteles Y es así, precisamente, como lo van a hacer este viernes, durante la huelga verde, a la que llaman a “oír la voz de estudiantes y trabajadores”. Para ello, han convocado una concentración, a las 12.00 horas, en la Plaza Nueva, en la que habrá actividades relacionadas, como un puesto con material para hacer carteles, y distintos grupos para compartir opiniones sobre la emergencia climática. Y las sensaciones son buenas. “Nos hemos centrado en los estudiantes y sí que creemos que va a tener incidencia, sobre todo en Secundaria, porque hay bastante gente de ellos en el grupo. Y en la universidad también. Ayer (por el lunes) salió una noticia del vicerrectorado de que va a haber huelga el 27”, añade Sarobe. Una fecha que, además, coincide con la moción que llevará la plataforma Benetako Green para pedir al Ayuntamiento que declare el estadio de emergencia climática. “La huelga climática del viernes puede ayudar a que aprueben la moción, pero si lo hacen, -avisa este joven- tienen que ponerse manos a la obra porque no nos sirve que el resto de los días miren hacia otro lado”.
Y lo mismo quieren para el Plan de acción por el clima y la energía sostenible 2030, que acaba de anunciar el Consistorio y que, entre otras iniciativas, plantea inventarios anuales de emisiones de gases de efecto invernadero o el control de los consumos de energía por cada edificio. “Hay muchas ideas, pero lo que hace falta es que lo apliquen ya. Hoy en día, a la altura en la que estamos, las medidas tienen que ser de calado para poder parar esto. Por eso, lo más importante ahora es que la gente se movilice”, insisten.
Por ello, reclaman que la ciudad tome tres medidas urgentes para hacer frente a la emergencia climática: transporte público urbano gratuito, creación de una empresa pública municipal para la distribución y producción de energías renovables y no renovar las subvenciones a Ryanair para que opere en el aeropuerto de Foronda ya que, como critica Fridays for future Gasteiz, las tasas de reciclaje llevan “décadas estancadas”, pese a que en 2030 la cifra de reducción de residuos tiene que llegar al 70%, “y a veces la calidad del aire se incumple”, añaden.