La inquietante y cerrada niebla con la que se desperezó ayer Gasteiz no hizo perder el rumbo ni que aparecieran las dudas entre la comitiva institucional a la hora de cumplir con el recorrido y visita a parte de los mojones que delimitan el término municipal de Gasteiz.

El tramo de ayer (9,5 kilómetros) correspondió al camino entre los términos de Foronda y Arrazua-Ubarrundia para verificar que los pilares de piedra se mantienen inamovibles repitiendo la tradición arraigada hace más de 500 años. Frente a esa costumbre, la matinal supuso el estreno de una gran parte de los nuevos ediles surgidos de las elecciones del pasado 26 de mayo. Con rigurosa puntualidad, a partir de las nueve de la mañana, debutantes como las tenientes de alcalde, Ana Oregi y Maider Etxebarria, los abertzales Rocío Vitero y Alberto Porras o las integrantes de Elkarrekin Podemos, Garbiñe Ruiz o Gema Zubiaurre, entre otros, se incrustaron en el pelotón. Junto a ellas, la jeltzale Miren Fernández de Landa estrenó papel como edil, mientras en años anteriores integraba la comitiva como presidenta de los concejos del municipio. Junto a ella su sucesora, Nieves Quintana, que tuvo la ocasión de explicar entre los concejales participantes la importancia y relevancia de estas entidades en la vida municipal. Atentos a sus explicaciones permanecieron los veteranos de la marcha, con el alcalde, Gorka Urtaran, al frente y los portavoces del resto de grupos como Miren Larrion, EH Bildu, Leticia Comerón, PP, y Óscar Fernández, Elkarrekin Podemos.

El camino se inició en el mojón 33F y la caminata, a buen ritmo, discurrió después por Foronda, Mendiguren, Miñano Menor y Miñano Mayor, lindando con las localidades de Apodaka, Etxabarri-Ibiña y Mendarozketa, encuadradas en el Ayuntamiento de Zigoitia. La marcha dio lugar a conversaciones cruzadas entre los integrantes de la Corporación, demostrando la buena camaradería antes de dar paso hoy a la reanudación de la actividad municipal.

No faltó en la salida un guiño y reconocimiento colectivo al premio de Ciudad Verde global obtenido el pasado viernes en Etiopía. Antes del comienzo de la marcha, todos los participantes posaron con la cuña de madera que certifica el óptimo cumplimiento de las políticas medioambientales y sostenibles de Gasteiz.

Ajena al ritual paseo de las autoridades la campa de Olarizu, asistió al desfile de los miles de vitorianos que, en horario vespertino, se desplazaron al sur de la ciudad. La perezosa y tardía presencia del sol, restó asistencia a la campa durante la mañana. Tampoco el frío de las primeras horas motivó que los paseantes matinales situaran en su radar la campa desde la que se divisa la inamovible cruz que remate el monte Olarizu.

Al olor de una buenas alubias alavesas y el tímido sol que se hizo hueco entre las nubes, los romeros más veteranos se adueñaron de la campa al mediodía. Para entonces los vendedores ambulantes que escoltaban el paseo previo a la gran campa soñaban con que definitivamente el astro rey se hiciera hueco entre las nubes. “La mañana ha sido muy floja. A ver si el buen tiempo de la tarde mejora las ventas”, deseó un vendedor de rosquillas. Los precios de este tradicional dulce de Olarizu oscilaban entre los 3,50 euros la docena de las más pequeñas, hasta los siete de las grandes, con su baño y laurel insertada en el interior.

pintxo solidario Las amenazantes nubes que se instalaron durante la tarde restaron afluencia a las campas, ante el temor que empezara a caer la lluvia. Todo el gentío se arremolinó, a partir de las 18.00 horas, en torno a la iniciativa del pintxo solidario en la que colaboró un año más DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Las 1.500 raciones de ternera de Eusko Label terminaron en los estómagos de unos ávidos romeros, a cambio de una aportación solidaria para ayudar a los necesitados.

kilos. La ternera de Eusko Label, asada más de 12 horas, rebasó el cuarto de tonelada de peso. Semejante cantidad de carne se repartió en 1.500 pintxos solidarios devorados por los romeros ayer.