vitoria - La Herre volvió a vivir ayer su festividad de las vecindades de la mano de las sociedades gastronómicas Burduntzi, Iturriondo, Txipristin y Zapardiel, así como de los comercios ubicados en el último tramo de esta calle del Casco Viejo de Vitoria. En honor a Nuestra Señora del Buen Camino danzaron un aurresku y le ofrecieron flores a la virgen. Después, de la mano de Abendaño Dantza Taldea amenizaron una kalejira desde la Fuente de los patos para asistir luego a ver los bailes de salón y a una degustación popular.

Esta festividad de la última vecindad de Herrería se organiza con el ánimo de que los vecinos estrechen lazos de convivencia y disfruten de esta zona de la ciudad, buscando una mayor y mejor relación entre ellos. Y no sólo entre los residentes entre los cantones del Seminario y Carnicerías sino también entre todos aquellos que los fines de semana se acercan a las calles y cantones de la almendra medieval a disfrutar. “El ritmo de vida actual es excesivamente individualista y un tanto frenético, y no ayuda a la existencia de una relación cercana y a que los vecinos se conozcan”, apuntan desde la organización.

También con esta fiesta quieren recordar parte de la historia de Gasteiz, donde las vecindades situadas en el Casco Viejo fueron de gran importancia para su funcionamiento social y administrativo.