zambrana - Un nuevo frente de polémica se ha suscitado en Zambrana a raíz de la decisión del alcalde, Aitor Abecia, de desprenderse de los libros de la biblioteca municipal y donarlos o tirarlos al contenedor para poder dedicar la sala que ocupaba a centro de salud provisional mientras se repara el local que hasta ahora acogía la atención médica y de enfermería.

El origen de esta decisión se remonta al momento en el que se apreciaron importantes deficiencias en el edificio que alberga la sede de la junta administrativa, el consultorio médico y el botiquín-farmacia. Éstas se detectaron el 27 de abril del año pasado y fue el arquitecto municipal quien revisó las primeras grietas en el techo que coincidían con un hundimiento del suelo en la planta superior. En aquel entonces, la Junta Administrativa trató de solucionarlo y pidió la licencia de obras, pero no pudo hacer nada ante la ausencia de recursos financieros para acometer la obra.

Posteriormente, en febrero de este año, las grietas se mantenían y en junio, el alcalde entró en el local sin permiso previo de la Junta Administrativa, picó el techo y dejó al aire el mal estado del forjado y dictaminó la ruina del lugar. En ese momento, la Junta ya estaba gestionando una ayuda de emergencia de la Diputación, por importe de 80.000 euros, por lo que la injerencia del alcalde molestó hasta el punto de que la Junta pidió apoyo a la asociación de concejos de Álava, cuyo presidente visitó el lugar y condenó la medida del alcalde.

La reacción de Abecia fue convocar dos reuniones de todos los agentes implicados en el tema de salud, incluidas las Juntas, ya que, mientras se solucionaba el problema, el médico se trasladó a la vecina Berantevilla, pero eso suponía complicaciones de transporte para los vecinos. Por eso, se trató de encontrar una salida y, en primer lugar, se propuso un nuevo espacio para albergar el consultorio médico mientras se arreglaba el anterior o se edificaba uno nuevo. Para ello se propuso a Osakidetza, como ha contado el propio alcalde a DNA, adecuar los vestuarios del campo de fútbol que no se utilizan desde hace tiempo. La idea no gustó a Osakidetza por la falta de luz natural y de ventilación.

Fue entonces cuando el alcalde propuso la idea de llevar el consultorio médico al centro social. Abecia afirma que la propuesta se realizó en la segunda reunión, el 18 de julio, en la que estaban todos los grupos políticos, juntas administrativas y profesionales de salud. Y a todos les pareció bien la idea. Incluso a Osakidetza.

El problema es que en ese lugar estaba la biblioteca municipal y la sala de ordenadores para los vecinos. Eso no fue un impedimento para que el alcalde decidiera vaciar las dependencias, cerrando los ojos a la posibilidad de contar en el futuro con un espacio para los libros.

Abecia cuenta que “a la biblioteca no acude nadie desde hace 16 años”. Sin embargo, hubo una persona, una chica, que estuvo becada por Eusko Ikaskuntza para ordenar, clasificar e informatizar tanto la biblioteca como otros archivos de Zambrana y, de hecho, todos los libros tienen su correspondiente ficha como se aprecia en las imágenes. Y es que, la sociedad de estudios vascos mantuvo con Zambrana un convenio para mantener la biblioteca. Pero “la cuestión es que la gente de Zambrana no acude a la biblioteca y necesitábamos ese lugar para otro servicio más urgente”, razona Abecia, que también añadía que “la biblioteca no estaba incorporada a la red de bibliotecas del País Vasco”.

De esta manera se ordenaron los libros por su utilidad y se les dio un destino, aunque previamente se les había ofrecido a la biblioteca más cercana: Berantevilla, y a la red de bibliotecas del País Vasco. Ambas renunciaron a los libros. Para el reparto se hicieron tres lotes. El último salió ayer hacia al colegio comarcal Unamunzaga, con 2.400 ejemplares, y los otros para el servicio infantil del hospital San Pedro de Logroño y otros para Cáritas de Haro (La Rioja). El resto, sin más, fue a parar a los contenedores de papel usado de Zambrana, de donde algunos vecinos rescataron ejemplares (se habla de unos 300), que sirvieron para alertar a la oposición de la manera tan “drástica” -dicen- de borrar la existencia de la biblioteca de Zambrana.

voz de alarma La primera voz de alarma la dieron los concejales del PNV, quienes el 29 de agosto, a través de las redes sociales, denunciaron que Abecia tiene “que sumar a su currículum un nuevo despropósito. Ha prescindido de la biblioteca, donando, regalando, y sobre todo tirando los libros. No sabemos cuántos, pero ha sido un escándalo y muchas vecinas y vecinos los han rescatado del contenedor. Ayudas institucionales, donaciones institucionales, becas para organizar y clasificar la biblioteca (se calculaba en el año 2002 que eran unos 6.500 libros), un convenio con Eusko Ikaskuntza, todo, todo? a la basura”.

La respuesta del alcalde, también a través de las redes sociales fue: “amigo, esto se llama purgar libros. La actual sala de la biblioteca como todo el mundo sabe se tiene que destinar al centro médico provisional para evitar que nuestra ciudadania se tenga que desplazar hasta Berantevilla. Por cierto, la competencia de Sanidad es una competencia exclusiva del Gobierno Vasco, gobernado por tu partido, ante la pasividad del departamento, el Ayuntamiento actúa para mejorar el bienestar de la ciudadanía”. En su respuesta añadió que “para tu información, se han tirado los libros desclasificados únicamente. El resto tienen tres destinos: Cáritas, el hospital infantil de Logroño y la ikastola comarcal de Unamunzaga”.

Preguntado el alcalde sobre si en el futuro habrá biblioteca en Zambrana, afirmó que “no”, ya que la gente no acude a ella.