pipaón se volcó ayer en la celebración de una nueva edición de las jornadas de etnografía viva, que se celebran desde hace 23 años, gracias al material conservado en el museo local, que este año ha cumplido un cuarto de siglo de existencia.

Ataviados con ropas de época y con varios espacios de la localidad preparados para mostrar cómo se vivía y se trabajaba antaño, por la mañana los vecinos realizaron un recorrido por las calles encabezados por un caballo de trabajo, los gaiteros, el cura y monaguillos, las viudas, los agricultores, los danzadores y vecinos. Llegados de vuelta a la plaza se realizó la foto de familia de todos los vecinos, que ya se ha convertido en tradición, y a continuación se procedió a la lectura del pregón, que leyó Pilar Alonso, “la alondra alegre de Pipaón”, como lleva por sobrenombre, promotora del museo y de las jornadas junto con otras personas.

Pilar recordó sus inicios y pidió a sus convecinos el compromiso para mantener ese legado. A continuación comenzó el recorrido por los antiguos oficios, que este año presentaba como novedad la participación de los niños: debían ir a las presentaciones del amasado del pan, la molienda del trigo y al resto de actividades para ganar premios. La jornada concluyó tras una comida popular y con el pueblo abarrotado de visitantes llegados de todo el territorio.

La fundadora del Museo e impulsora de estas jornadas anuales en las que participa todo el pueblo de Pipaón, Pilar Alonso, contaba que desde que con 3-4 años, “como no había televisión había un bonito fogón donde el abuelo sentado a un lado y la abuela al otro, por las noches y con una mala bombilla, contaban sus historias. Y vas creciendo, vas viviendo, pasas una postguerra y te das cuenta que mis padres no tenían trabajo y a los hijos nos mandaban a casa de los abuelos o los tíos”. Recordó que Pipaón se empezó a despoblar en los años 1955-1960, “la juventud se iba y se comenzaron a perder las tradiciones la hoguera de San Roque y otras cosas que se iban al garete; yo me dije que Pipaón tenía que seguir viviendo”.

Pilar Alonso reflexiona y piensa que Pipaón necesita algo, pero no sabe el qué. En una ocasión “en el año 78-79 bajé al Santuario de Ocón y me encontré con Joaquín Jiménez y me presentó a un señor sobre el que dijo que estaba realizando una gran labor en su pueblo, que creía que era lo que yo quería hacer: era Blas Arratibel, de Zalduondo. Él había puesto en marcha una asociación y un amplio complejo en Zalduondo”. Así fue como comenzó a gestarse la asociación cultural Usatxi.

elciego Por otra parte, un multitudinario concierto con los grupos Esne Beltza y Astoratuak durante la pasada madrugada sirvió para abrir boca en Elciego con las fiestas en honor la Virgen de la Plaza que, en realidad comienzan el día 7 con la bajada del Barrihuelo desde la torre de la ermita, pero que hoy anticipan la fiesta con la jornada dedicada al pregón, a cargo del Celedón vitoriano, Gorka Ortíz de Urbina, que será recibido a las 13.15 horas en la plaza del Crucero y conducido por los gaiteros y la banda de música hasta el Ayuntamiento. Tras su intervención desde el balcón municipal se ofrecerá un vino a los invitados al acto.