katadiano - Todo el valle alavés de Kuartango se volcó en la jornada de ayer para poder asistir a la popular romería de Eskolunbe, nombre que recibe la patrona de la comarca y cuya ermita-santuario se encuentra en la localidad de Katadiano.
Junto a la Trinidad, eran las dos citas más importantes de toda la zona. Primero por sus connotaciones religiosas y, posteriormente, por el componente de fiesta tradicional que se mantiene muy viva, por supuesto también a día de hoy.
La jornada comenzó al mediodía con la misa cantada por el coro de Kuartango y la ofrenda de flores a la Virgen, mientras que en las inmediaciones se colocaron como es habitual unos puestos de venta de productos de la zona.
Tras la misa se ofreció una exhibición de danzas como anticipo a la esperada torre humana de tres alturas que se forma dos veces al año en Kuartango. Esta tradición se había perdido y se pudo recuperar a partir de una fotografía de 1948 y de la labor de recuperación histórica que está haciendo un grupo de vecinos del valle. Además, desde el Ayuntamiento se está animando a las nuevas generaciones a participar en la formación de la torre y la pasada primavera ya se llevó a cabo un taller sobre esta tradición en esta localidad.
‘¡vivas!’ desde lo alto Este castillo humano se realiza también en la fiesta de la Trinidad y en esa ocasión los vivas se hacen a todos los pueblos del valle. Como se hace tradicionalmente, desde lo alto de la torre se dieron los consabidos ¡vivas! a quienes dieron donativos al pasar la boina como hace décadas realizaban los jóvenes de Katadiano y Anda.
La romería continuó con bailables a cargo de Jose Mendizabal, comida, y las cinco de la tarde el campeonato de bolos, tanto femenino como masculino con premios en metálico y productos de la zona, así como una actuación de magia y una nueva sesión de bailables, que puso punto final a la fiesta.