vitoria - Colosal, como no podía ser menos, fue la despedida que hizo ayer la comparsa de gigantes y cabezudos de Vitoria, ya que decenas de niños y adultos, entre visitantes y foráneos, se acercaron poco antes de la hora de comer a la guarida que estas entrañables figuras tienen en la calle San Antonio, para darles sus últimos abrazos y besos. Se cerraba así una exitosa participación en el programa, gracias al esfuerzo de los 21 integrantes de esta cuadrilla, que en esta edición han contando con un rey de oros muy especial: Ioseba Martínez de Guereñu, una de las cabezas más visibles, de los vecinos de Salburua.

Es su primer año como rey de oros, ¿cómo surgió su participación?

-Sí, es mi primer año como rey de oros y también de estar en la comparsa. No pensaba ni por asomo que algún día lo sería, pero es algo que engancha. La idea surgió por un amigo de Salburua, que entró en la comparsa y me habló muy bien de ella. Me entró el gusanillo y la verdad es que estoy muy contento.

El rey de oros no está mal para estrenarse en la comparsa. ¿Eligió usted ser esta figura?

-No. El encargado nos va poniendo por parejas y nos organiza, en función del número de ensayos que haces durante el año, etc. Como yo era nuevo, y tenía que hacer bastantes, al final he sido de los que más ensayos he hecho y por eso me han puesto como premio ser el rey de oros.

Antes de ello, ¿ya sabía bailar?

-No, no.... Los principiantes hacemos tres bailes, los tres más sencillos y luego, el que se hace con la Banda Municipal, lo hacen los diez que más tiempo llevan. Para ellos es un honor.

¿Qué es lo mejor de ser un rey?

-Lo mejor de ser rey es que se llevan mucho mejor que los caseros, que fue con los que ensayamos cuatro meses y pico, así que después de probar lo “malo” y pasar a ser rey es fenomenal porque son más sencillos de llevar. Y el de oros encima da un cierto caché porque es el que abre siempre la comparsa y es de los más bonitos.

¿Y lo peor?

Lo peor es que eres el primero y todos los fallos se ven facilísimo (risas).

¿Es posible que ahora Hankaluze pueda tener celos del rey de oros?

Ja, ja, ja. ¡Qué bueno! Espero que no...

¿Sabe cuánto pesa su figura?

-Sí, creo que los reyes son unos 55 kilos, pesan algo menos y están mejor equilibradas que las aldeanas. Por eso, son bastante más fáciles de colocar, de llevar y de bailar.

¿Qué es lo más duro de llevarlo?

-El calor, que también hace dentro, y, sobre todo, los días que van pasando, y aunque yo soy novato, soy el más viejo de la comparsa, y noto que los jóvenes recuperan fácilmente de un día para otro y a mí me cuesta.

Siendo su primer año, ¿le han dado algún consejo especial?

-Sí, sobre todo, Markel, mi compañero, que lleva muchos años y es muy bueno, me ha ido ayudando muchísimo, sobre todo el día 4, que había muchísima gente y era el primer día, y tenía los nervios a flor de piel.

¿Se hace cuesta arriba el último día de fiestas?

-La verdad es que sí, pero lo bueno es que está todo pensado, así que hoy después de terminar nos vamos todos a comer y luego toca chufla porque no hemos podido.

¿Ha habido algún momento que haya sido especialmente emotivo?

-Sí que ha habido tres bailes y, sobre todo, uno en concreto que era la primera vez que se hacía, y que era superbonito y se ha ensayado muchísimo, que era el baile con la Banda Municipal en La Florida, que quedó espectacular. Otro acto muy especial es este de la despedida de la comparsa...

-Sí. Es otra cosa muy chula. El año pasado fue la primera vez que se hizo para que los niños se puedan acercar y hacerles fotos, y la verdad es que es muy bonito. Y este año, por lo que nos están diciendo, es que cada vez va viniendo más gente expresamente a ver los gigantes, porque se está haciendo cantera, por así decirlo, y que vamos mejorando muchísimo. Poco a poco vamos haciendo más bailes porque a la gente le va gustando más, y eso también es muy bonito.