Llodio - El Ayuntamiento de Llodio dio a conocer ayer que se ha visto obligado a cesar la actividad del matadero municipal, desde hoy 7 de agosto hasta que quede resuelto de forma definitiva “el problema histórico de los vertidos de sangre al río Nervión”, por parte de esta instalación municipal, según explicó ayer el alcalde, Ander Añibarro.

La drástica medida ha venido motivada por dos factores. El primero es un requerimiento remitido al Consistorio desde la agencia vasca del agua URA, “por el cual quedan suspendidos los vertidos del matadero al colector, como se venían haciendo históricamente”, insistió el regidor. Y, el otro, el hecho de que la Ertzaintza esté realizando, de forma paralela, un informe del estado de las instalaciones del matadero “para investigar un posible delito medioambiental en este municipio”, informó.

Y es que, las reacciones no se han hecho esperar desde que el pasado mes de julio saltó a la información pública esta situación tanto a través de vecinos que compartieron en las redes sociales fotografías que mostraban las aguas del Nervión teñidas de rojo a su paso por el barrio de Areta, como por parte del PP de Ayala, que envió a los medios de comunicación una denuncia de estos “habituales episodios”.

Medidas La primera fue la del propio y recién llegado equipo de gobierno (PNV-PSE), que elevó el problema a categoría de urgencia y se puso a trabajar en la búsqueda de soluciones. Así fue como el pasado 29 de julio llevó a Pleno un expediente de modificación de crédito que, a falta de presupuesto, ya que trabajan con las cuentas prorrogadas, permitiera recurrir al remanente de tesorería para sacar adelante proyectos prioritarios, entre los que se encuentra el del matadero.

En concreto, se habilitaron 140.000 euros para instalar un sistema de coagulación que ponga freno a este gran problema tanto medioambiental como sanitario. La nueva infraestructura, según explicó el alcalde, “permitirá canalizar la sangre, recogerla y posteriormente coagularla para que no se tenga que verter al río, como se viene haciendo desde siempre”.

La nueva situación, con el requerimiento de URA y la investigación en curso de la Ertzaintza, ha llevado al Ayuntamiento a optar por el cierre del matadero hasta la resolución definitiva del problema. “Durará el tiempo que sea necesario, y la solución que se adopte tendrá que tener el beneplácito de URA”, recalcó Añibarro. De momento, ya tiene a todo el equipo técnico y jurídico municipal trabajando en el expediente “para dar una solución lo más rápida posible”. Con todo, a nadie se le escapa que se trata de un asunto que llevará meses, con el consiguiente trastorno ya no sólo para los trabajadores de la empresa que gestiona el matadero, sino también para los ganaderos y carnicerías de la comarca, que dependen de él.